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Junio 2012

El primer año de Morillón

El balance de los primeros doce meses del gobierno de Foro va desde el aplauso a su disposición al diálogo a las críticas por su falta de experiencia

No fue un aterrizaje fácil. Hace 365 días -mañana se cumplirá el año- Carmen Moriyón recibía de manos de Paz Fernández Felgueroso la vara de mando de la ciudad. Cambiaba el quirófano por el despacho de la Alcaldía tras unas complicadas negociaciones con el Partido Popular cuyo desenlace no se conoció hasta el último minuto. Han pasado ya doce meses, y en este tiempo la regidora no ha tenido un escenario especialmente sencillo para dar sus primeros pasos en la política activa. Desde el principio tuvo que pilotar un gobierno en minoría que estaba obligado a recabar apoyos de otros grupos -habitualmente el PP- para sacar adelante cualquier iniciativa. A esto se unió la complicada situación política a nivel regional, que derivó en la convocatoria de elecciones y el cambio de color en el Principado, y una crisis económica tan voraz como imprevisible. Transcurrido este primer año al frente de la ciudad, EL COMERCIO ha pedido un balance sobre la labor de Moriyón a varios representantes del ámbito social, económico, cultural y deportivo. En el lado positivo, la mayoría -aún con excepciones- destaca la fluida relación de la alcaldesa con las diferentes entidades, asociaciones e instituciones de la ciudad. En el negativo, la «bisoñez» de los miembros del equipo de gobierno, la mayoría de ellos sin experiencia anterior en política, y una cierta descoordinación entre los concejales a la hora de abordar diversos asuntos.

Precisamente estos peros son los que pone al primer año de gobierno de Foro la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona urbana (FAV), Tita Caravera. «Vemos que hay una cierta improvisación e inexperiencia a la hora de sacar adelante algunas propuestas, por ejemplo la ordenanza de convivencia, que primero arrancaba, luego la pararon, luego volvieron a tirar para adelante...», apunta esta representante vecinal, que también critica que «hay decisiones importantes para Gijón que notamos que están paradas». En la relación del Ayuntamiento con el movimiento vecinal, no obstante, destaca que «el trato es correcto» y resalta el trabajo de los concejales responsables del mantenimiento urbano y de Participación Ciudadana. «No tenemos ninguna queja de ellos. Manuel Arrieta acude cuando se le llama y es rápido en las gestiones. Además por fin se van a conceder nuevos locales o ampliaciones de los viejos a asociaciones que llevaban tiempo demandándolo. Y con Pedro Barbillo, aunque tardó demasiado en convocar los consejos de distrito, también tenemos muy buena relación».

«Un diálogo fluido» De forma similar se manifiesta Soledad Lafuente, presidenta de la federación de la zona rural, Les Caseríes, quien asegura que «el trato con los concejales es más directo y fluido que con el anterior gobierno. Siempre nos reciben, de forma muy atenta». En este sentido, destaca que «ahora nos están llamando a muchas comisiones para las que antes no nos tenían en cuenta, por ejemplo con los temas del botellón y el plan de movilidad. Antes parecía que no existíamos, que sólo había una federación». Lafuente admite que, como consecuencia de la situación económica «no hay muchas obras y por ejemplo tenemos bastantes problemas con la limpieza de caminos, donde parece que las brigadas no están trabajando al ritmo adecuado». No obstante, mantiene que «no tenemos queja en cuanto al diálogo, como se vio con todo lo relacionado con los autobuses de la zona rural».

Desde el ámbito económico, a punto de firmarse el nuevo pacto de concertación social, el presidente de Fade, Severino García Vigón, considera que «a lo largo de este año hamos podido comprobar que Carmen Moriyón es una alcaldesa cercana y dialogante, que conoce y valora el papel de los empresarios». En opinión del máximo representante de la patronal asturiana, la regidora «está convencida de que la actividad económica que desarrollan las empresas es la única garantía para salir de la crisis». Por su parte el secretario general de la unión comarcal de UGT en Gijón, Fernando Díaz, admite que a la hora de hacer un balance de este año de gobierno «hay que dar una de cal y una de arena». El representante sindical reconoce que «les ha tocado un momento bastante difícil, con una situación económica, política y social no muy favorable» y apunta que «tienen aspectos que mejorar». Destaca cómo «es un gobierno de minoría al que le cuesta bastante sacar adelante sus pactos de gobierno, y que tiene borrones como la gestión del puerto de El Musel». Díaz apunta que «disentimos en la forma de ver muchas cosas, aunque la relación es cordial».  

Roque Galcerán, secretario de Empleo de Comisiones Obreras en Gijón, señala que «aunque estos días hayamos llegado a un principio de acuerdo en el pacto local, lo cierto es que ha sido un año de atonía. En este tiempo no hemos visto grandes proyectos de infraestructuras para la ciudad. Aunque se pueda deber a la situación de crisis económica general, sí nos habría gustado tener más proyectos de inversión». Lamenta que desde la llegada de Foro al gobierno local «hemos sumado 5.000 desempleados más» y critica que «en algunos momentos, bien sea por inexperiencia o bisoñez, ha fallado la interlocución. Por ejemplo, el consejo social no se reunió hasta estas últimas semanas». Galcerán considera que «les queda mucho por hacer» y pide «que den soluciones más valientes a los problemas de la ciudad».

Autónomos Por su parte, Rosa Suárez, presidenta de la organización Asociaciones Federadas de Autónomos de Asturias (AFAS), señala que «la valoración de este año es positiva, porque el Ayuntamiento nos considera a un agente social más, al margen de que algunos compromisos adquiridos con nosotros aún están pendientes de aportación económica».

Para el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, la labor de Moriyón al frente del Ayuntamiento merece «un 9», a pesar de que aún hay negociaciones pendientes relacionadas con el Programa Universitario para Mayores y los cursos de verano de la Cátedra Jovellanos. Considera que «la relación institucional ha estado marcada por un trato cordial y creo que hemos hecho una apuesta por que tanto la Universidad como el Ayuntamiento hagan un trabajo continuado para apoyar el campus de Gijón». Según Gotor, «todo es positivo».  

Más negativos se muestran desde el Conseyu de Mocedá de Xixón, cuya comisión permanente considera que las políticas de juventud del gobierno de Moriyón «se han caracterizado hasta ahora por la unilateralidad y la falta de negociación y de diálogo con los agentes juveniles de la ciudad». En este sentido, opina que los primeros presupuestos municipales de Foro «supusieron un duro golpe a la participación juvenil, con drásticos recortes a estructuras de participación como el Conseyu, los Encuentros Internacionales de Juventud o la Oficina de Información Juvenil». Señalan igualmente que «tampoco se ha acertado en materia de empleo juvenil, más allá del salario joven, que incide en la temporalidad y la precariedad laboral».

El arcipreste de Gijón, Adolfo Mariño, elude entrar en valoraciones políticas, si bien resalta que «la relación del Ayuntamiento con las parroquias de la ciudad siempre ha sido correcta, cordial y fluida, tanto con la alcaldesa actual como con los anteriores gobiernos del PSOE». Mariño asegura que «no hay conflictos, y sí entendimiento».  

Desde el ámbito cultural el presidente del Ateneo Jovellanos, José Luis Martínez, se muestra contento con la trayectoria mostrada por la alcaldesa a lo largo de este primer año de gobierno. «Está demostrando que es una persona comprometida con la ciudad», apunta. Martínez estima que, pese a no tener experiencia en política, «está haciendo una buena labor aunque haya llegado en una época muy complicada y difícil». Define a la regidora como «una mujer honrada, trabajadora y luchadora, que sabe escuchar a todos para sacar lo que mejor pueda contribuir al éxito de la ciudad». No comparten esa opinión en el Ateneo Obrero de Gijón. Su presidente, Luis Pascual, cree que Foro Asturias «logró unos buenos resultados en las urnas con la idea de traer otras formas de hacer política, pero está cayendo en los mismos errores que criticaba. Los esquemas tienden a repetirse». Asegura que «se aprecia una labor bastante descoordinada entre unas concejalías y otras, y eso deriva en decisiones personales y polémicas. Cada área parece que funciona según el responsable de turno, y por eso unas van mejor que otras». Por su parte, el director del Museo Evaristo Valle, Guillermo Basagoiti, agradece que la alcaldesa se haya mostrado «muy sensible» con su situación y que la subvención municipal sólo se haya reducido «ligeramente».  

El presidente del Club Natación Santa Olaya, Félix Fernández, reconoce que «el trato que han tenido con nosotros tanto la alcaldesa como los concejales ha sido excelente, y siempre han accedido a nuestras peticiones». Destaca el impulso dado a sus planes de ampliación. Finalmente Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, lamenta que «desde el punto de vista medioambiental, el balance de este año es muy decepcionante. Aunque Moriyón asumió estas competencias, no ha hecho nada».

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