Ángela Molina se lleva la primera ovación de la noche al alzar el Premio Nacho Martínez Los presentadores, Juanma Castaño y Raquel Sánchez Silva, conquistaron al público que no paró de aplaudirles.
Ocho pantallas blancas volando sobre un escenario mitad pop, mitad kandinsky. Cuatro letras, para afianzar una identidad renovada (FICX) y un número (47) para iniciar una nueva cuenta atrás. Con esas marcas comenzó ayer un nuevo Festival Internacional de Cine de Gijón. El «más valiente» de todos, decía Ángela Molina, que conciliaba anoche a toda la platea, de todo un teatro abarrotado, el de la Laboral, ante su belleza. La actriz que entró como una diva en el escenario para recibir el Premio Nacho Martínez, se llevó con la estatuilla la primera gran ovación de la gala. Pero justo antes, las luces del teatro se habían apagado para que el gran actor que da título a ese galardón reviviera en la pantalla, también entre aplausos. Algunos de los planos que le devolvieron al presente sirvieron para recordar los pasados filmados de la Molina. Ambos compartieron amores y dolores en 'La mitad del cielo', título de Gutiérrez Aragón al que recurrió la actriz para advertir que su «amigo» le observa ahora desde esa mitad, que «algún día hará un cielo completo».
Actor y actriz fueron, sin duda, dos de los atractivos de la noche que puso en marcha 11 días de cine y un cartel de cerca de 250 títulos, que abría boca con música, la de Evan Dando, al que acompañó la guitarra de Chris Brokaw. Entre los dos consiguieron que por unos minutos en el parió de butacas corriera esa brisa que entra por la ventana de las viejas 'road movies'. Pero la noche tuvo muchos más protagonistas, empezando por los presentadores Juanma Castaño y Raquel Sánchezz Silva, que bordaron su papel, con un guión sencillo, sin demasiadas concesiones y muchos guiños. Sánchez Silva, gran amante del cine, ponía el entusiasmo en lo arriesgado del programa, mientras Juanma afianzaba con ironía y mucha gracia la fama de los periodistas deportivos de sentir terror por la cultura pura y dura sin favores comerciales. Con ellos el público no paró de reir y eso que, según el propio Castaño, no fueron la primera opción como maestros de ceremonias. «Cuántos tuvieron que fallar antes de llamarnos», se preguntó el presentador entre carcajadas. Las mismas que sonaron cuando, una vez presentado el jurado (Lenny Abrahamson, Kiko Amat, Andrés Gestrudix, Christine Dollhofer y Luvía Puenzo), hechas las referencias sobre la importancia de abrir una ventana al cine independiente y de autor a cargo de su presidenta, Castaño espetó: «Se tienen que ir corriendo porque tienen que ver doscientas películas». Aprovechó esa gracia la presentadora para recordar que su trabajo consiste sólo en poner nota a las producciones de la Sección Oficial y la explicación le valió para recorrer de un plumazo el resto de los ciclos que ya han empezado a desplegarse por los diferentes cines de la ciudad. Y para ilustrar el recorrido algunos de los invitados. Horace Ové, «el primer director de cine negro», como el mismo se proclama, fue también el primero en subir al escenario en representación del ciclo 'This is England'. Le siguieron Mathias Müller y su inseparable Christofer Girardet, a los que se dedica retrospectiva, como a Harmony Korin, Aleksey Balabanov y Fatih Akin, que como estaba prometido puso presencia y película. Su última cinta 'Soul Kitchen' le siguió los pasos al abandonar el micrófono desde el que agradeció homenaje y lanzó un aviso a navegantes, que no piensa darse por vencido creyendo que ha hecho ya su mejor película. «Esa está aún por llegar, forma todavía parte de mi futuro». Y dicho esto, el telón se levantó para él. Sobre la pantalla su primera comedia y también los primeros problemas técnicos. Si durante el pase de prensa la película se proyectó sin ningún altercado, anoche en la Laboral parecieron conjurarse todos, pues hubo de ser parada la proyección varias veces.
