En cuanto a la frecuencia, uno de cada cinco asturianos consume bebidas alcohólicas uno o dos días por semana, y un 13% con una frecuencia diaria. El consumo en fines de semana es muy superior del que se realiza en días laborables, 81,9% en el primer caso, por 51,5% en el segundo. Por sexos, un 60,2% de los hombres consume por semana y un 85,4% los sábados y domingos. En cambio, las mujeres, consumen menos en días laborables 37,9% y en fines de semana se duplica hasta el 76,4%.
Además ellos confiesan que llevan más tiempo bebiendo. La media es de 27 años mientras las mujeres aseguran que llevan 21 años. Según los datos, un 6% de los asturianos y asturianas encuestados manifiesta tener un consumo abusivo de alcohol. Casi la mitad declara no haber consumido alcohol en el último año (49,1%). Por sexos, entre las mujeres la proporción de abstemias es superio y alcanza el 62,7%. Uno de cada diez hombres (10,8%) tiene un patrón de consumo de al menos bebedor alto, mientras que en las mujeres lo son en un 1,7%. El 15,3% de la población son bebedores ligeros y apenas hay diferencias entre hombres y mujeres.
A la hora de beber los asturianos no se deciden entre el vino o la sidra. Durante la semana prefieren más una copa de vino y dejan la sidra para los fines de semanas. Según los expertos, el consumo de vino es generalizado pero hay una adherencia a su consumo más acusada en personas de estudios primarios y de las zonas rurales.
El consumo de sidra se incrementa considerablemente siendo con gran diferencia la bebida preferida en los fines de semana, particularmente en personas de estudios medios y universitarios, personas residentes en la zona centro y en cuencas, mientras que, paradójicamente, en la zona rural no existe mucho consumo de sidra, sustituyéndose esta por el consumo de licores.