Europa

Moin! Hoy me toca contaros mis aventuras de enero y febrero. Empecé el año en Asturias, pero a los pocos días volví a Fürstenwalde. Después de que mi trabajo estuviera cerrado durante todas las navidades, volvimos a la carga con una reunión para organizar todo el año. Realizo mi voluntariado en un centro de jóvenes, durante estos meses no venía mucha gente debido a las restricciones. Tuvimos que cancelar muchas de las actividades que teníamos programadas, pero aprovechamos este tiempo para jugar a juegos de mesa y organizar actividades para los siguientes meses. Si todo va bien, por el verano no tendremos ni un solo día libre.

Mi ciudad no es muy grande y en general no hay mucho que hacer. Sin embargo, nuestros coordinadores se preocupan de que no nos falte de nada, organizan actividades y quedadas para los voluntarios y nos animan a que participemos en cualquier tipo de proyecto de la Unión Europea. Así que junto con otros voluntarios decidimos escribir un proyecto y solicitar financiación para los Proyectos Solidarios, programa que también forma parte del Cuerpo Europeo de la Solidaridad. Si aceptan nuestro proyecto, viajaremos por dos semanas cruzando Europa, desde Italia a Noruega. Nuestra idea es grabar una película siguiendo a un compañero de mi organización que hará este recorrido durante 23 días en bicicleta para concienciar sobre el medio ambiente.

Si estabais pensando que estos dos meses me había quedado en casa sin viajar, os equivocáis. Los meses de invierno son los más baratos para viajar, así que no pude dejar pasar la oportunidad. A finales de enero hice una visita express a Asturias, pasé aquí unos días y me escapé a Edimburgo. Este viaje fue muy especial para mi, ya que estuve viviendo en esta ciudad casi 3 años y además es mi ciudad favorita en Europa. Pude visitar a mis amigos y disfrutar del inusual buen tiempo en Escocia (también hubo lluvia, tranquilos). En febrero me encontré con una de mis mejores amigas en Paris, estuvimos solo tres días pero los aprovechamos visitando todos los museos importantes. La razón por la que escogimos París fue porque la entrada a la mayoría de los museos es gratuita para los menores de 26 años residentes en la Unión Europea, y este año era nuestra última oportunidad.

En la quedada de voluntarios de nuestra zona nos llevaron a un taller de cerámica donde hicimos nuestros propios platos, tazas y figuras. Después fuimos a Berlin para hacer un escape room todos juntos. No me puedo quejar del invierno aquí, pero ¡qué ganas de que llegue el buen tiempo! Nos vemos en la siguiente entrada.