Pero antes de eso voy a contaros una historia que seguramente os hará mucha gracia. El sábado antes de marchar a Budapest, salí con otros voluntarios de noche. A la hora de volver a casa, cogí el tranvía, sobre las cuatro de la mañana. Me senté, cerré los ojos y cuando los volví a abrir, estaba en el mismo sitio, pero una hora después. Sí, efectivamente, me dormí en el tranvía y di una vuelta entera a la ciudad. Lo primero que hice cuando me desperté, fue mirar que tuviera todo, cartera, móvil, llaves...
Pasemos a la formación. Llegué a Budapest el lunes con dos voluntarios de Debrecen. El hotel estaba a las afueras, pero para llegar pasamos por el Danubio y supe que esta ciudad me iba a gustar. Llegamos al Hotel y nos encontramos con tres amigos que conocimos en la fiesta de Palinka(ver en capítulos anteriores). Además de ellos, había otros voluntarios de muchos países.
El primer día fue de presentación, conocernos, nuestras inquietudes y por qué queríamos hacer el voluntariado. Luego de noche bebimos en la habitación de Csaba. En esta primera noche tuve una charla súper interesante con un chico romaní (nombre de la etnia gitana) de España y un portugués, Vicente y Rubén, respectivamente, sobre temas de actualidad y sobre los gitanos. Su situación en el pasado y en la actualidad. Vicente el año pasado con una beca de Harvard, viajó desde Andalucía hasta la India, parando en cada poblado gitano, la charla fue increíble y nos contó cosas que en pleno siglo XXI, no te puedes imaginar: como que en Rumanía todavía tienen una especie de Zoológico de romanís (etnia gitana), lamentable. Pasamos a hablar sobre si creíamos que podía haber soluciones para este mundo loco, y donde podía empezar el cambio. Siendo bastante pesimistas, creemos que lo más importante es la educación, pero no en el sistema educativo que tenemos ahora en la mayoría de los países, hay que cambiar el paradigma. Nos fuimos a la cama sobre la una.
El segundo día, por la mañana, hicimos un mapa de nuestros objetivos en el voluntariado. Me tocó con un chico italiano, Pablo. Me detengo aquí, porque viene otra historia graciosa. Yo tenía que hacer su mapa, y él me dijo que algunos sus objetivos eran conocer chicas húngaras, sentir amor por ellas... típico estilo italiano. Y yo lo escribí, nos hicimos una foto con nuestros mapas, y la subimos a FACEBOOK. De noche le llegó un mensaje de su novia, no le hizo mucha gracia el mapa de su voluntariado, a nosotros sí.
De tarde, junto a las interesantes conversaciones con Rubén, Vicente y Juliane, vino la mejor actividad de la formación. Visitamos la ciudad de Budapest en bici, es monumental, me sentí un poco como en París, fuera de lugar entre tantos monumentos, las chicas son espectaculares. Los edificios históricos tampoco están mal. Es una broma. La ciudad de Budapest es monumental y eso que no pude visitarla con tranquilidad. El Parlamento es espectacular, y la Isla Margarita también. Ahora solo tengo ganas de volver, y verla entera, con la posibilidad de entrar en los Museos. Esta noche también bebimos cerveza.
El miércoles en mi cabeza entró un mono con platillos y no me enteré de nada por la mañana. Estaba un poco agotado de tanto pensar en inglés. De noche fuimos a la Ciudadela y desde ahí hice las fotos que podéis ver de los puentes: cualquier comentario mío solo rebajará su belleza. Así que ahí las tenéis. Y sí, también bebimos alguna cerveza.
El jueves fue un día intenso y emotivo. Juliane, un chico francés que conocí en Panyola, que es súper divertido, nos contó su historia, y nos emocionó a todos. Nos enseñó, por lo menos a mí, que no se puede juzgar a nadie por sus actuaciones, sin conocerlo a fondo. Después de escuchar su historia, me levanté y le di un fuerte abrazo. Tras sufrir tanto, él ha elegido un camino, hacer reír a la gente, y lo consigue, es imposible aburrirse a su lado. Un ejemplo, de cómo hay que tomarse la vida las cosas se complican.
De noche teníamos la fiesta de despedida, fiesta intercultural. Hablamos Vicente y Rebeca de qué hacer sobre España, y decidimos hablar de que los tópicos de flamenco y toros no son representativos de España. Somos una sociedad heterogénea, con una mezcla de culturas. Cada uno hablamos de la nuestra y después de eso bailamos la Macarena, para dejar claro que no somos un país de tópicos.
Esa noche tuve otra charla increíble con Vicente y Rubén, que se prolongó hasta las cuatro de la mañana. Ya no sólo política, más de nuestros sentimientos, miedos, por qué estamos aquí... Fue una experiencia única. ¿Bebimos? Sí, como no.
El viernes fue un día raro, era el cumpleaños de un amigo que murió el año pasado. El es inmortal en mi cabeza, porque seguramente que una parte de como soy, es gracias a él. Y no me olvidaré nunca de todos los buenos momentos que pasé con él. Haciendo deporte, viendo al Juanfersa subir a liga Asobal, viendo al Sporting, cenando los días de su cumpleaños y este último año estando a su lado cuando estuvo enfermo. Esos buenos momentos me hacen ver que es inmortal y que seguirá vivo siempre.
Este día volví a Debrecen, diciendo un hasta luego a mucha gente, porque nos volveremos a encontrar en el camino. Fue una semana impresionante, donde encontré una de las cosas que vine a buscar aquí, aprender de las historias de otros, y que los otros puedan aprender de las mías.
De tarde me llegó un regalo, el viernes que viene tengo que dar una charla en inglés sobre mi ciudad, Gijón. Así que además de preparar las clases del Instituto, tengo que ponerme a preparar la exposición, porque Gijón se merece algo a su altura.
Espero cumplir.
El domingo fue el día nacional en Hungría, pero como no me gustan los nacionalismos, prefiero no hablar del tema.
En este mes se prolongo la aventura en Montpellier. He decido dejar el lugar de acogida y volver al punto de partida..
El viernes llegaron las chicas de Galicia, todos voluntarias
europeas en Santiago de Compostela, pensábamos que 2 chicas iban a dormir en mi
piso y dos en el de Vicky. Pero cuando fui a recoger a mis huéspedes...