diciembre 2009

¿Cómo? Con un cartón impregnado de droga en el interior del ojo.
¿Para qué? El efecto es más potente y más rápido. Las alucinaciones empiezan a los 15 minutos.
¿Quién? Policonsumidores de más de 25 años. En Valencia, en la «ruta del bakalao».

La Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias (FEPAD) alerta de los riesgos de una nueva forma de consumo de drogas a través de la vía ocular, que consiste en colocarse en el lagrimal un pequeño cartón impregnado de LSD, ácido liségico, que provoca efectos alucinógenos en 15 o 20 minutos.

Julia Aguilar, técnico de la FEPAD, un organismo dependiente de la Generalitat valenciana, informaba ayer de que este nuevo patrón de consumo ha sido detectado en dos conocidas discotecas de la provincia de Valencia; se da en jóvenes de más de 25 años que frecuentan la «ruta del bakalao», generalmente policonsumidores. La administración de drogas por vía ocular parece no estar restringida al LSD, según la Fundación, también se utiliza con otras sustancias, que primero se colocan en el ojo y en la boca para potenciar sus efectos.

Desde la FEPAD se ha advertido del riesgo que conlleva esta forma de consumir drogas, tanto a nivel físico, por los posibles daños oculares, como por los efectos que puede tener en el sistema nervioso central. «El LSD es una sustancia que conlleva riesgo porque es un alucinógeno y cambia la percepción en la persona que lo consume, pierde el control sobre sí mismo y puede llegar a creer que vuela porque se cree Superman», explicó Aguilar. Al administrarse por vía ocular el efecto sea «más rápido y potente». Cuando se toma por vía oral tarda unos 40 minutos en hacer efecto, en cambio a través del ojo se nota a los 15 ó 20 minutos.

Aunque en los últimos años el consumo de LSD había descendido, indicó Aguilar, en el último año ha tenido un repunte, que atribuyó a sus efectos psicodélicos y a la facilidad para conseguirla. Incluso ha apuntado que la crisis económica podría estar favoreciendo el consumo de ácido lisérgico, muy barato.

Esta nueva tendencia de consumo fue detectada en el transcurso de la campaña «Quioscos de Salud 2009», que llevan a cabo en zonas de ocio y fiestas la Generalitat valenciana y la FEPAD, en colaboración con la ONG Controla Club.