Un plató de rodaje, una pared en verde, como la que los hombres del tiempo tienen a sus espaldas y sobre la que reposan los diferentes mapas de España; varias imágenes tomadas de internet, y mucha imaginación. Con eso contó ayer Maite Centol, en la sala Astragal, para alimentar la capacidad creativa de los niños que acudieron a su taller y quienes, además de construir su propio croma, en el que llovieron billetes de dólar y volarona aviones, crearon una animación con rostros de famosos recordados de una revista. Y es que en la realidad todo se puede manipular.