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diciembre 2009

La culpa, del peatón

Imprudencia. Dos personas cruzan un paso de cebra, en la Acerona, con el semáforo en rojo para peatones
El año pasado se registraron en Gijón 157 atropellos, la mayoría en enero y abril, aunque no hubo que lamentar ninguna víctima mortal Los viandantes cometen cada día cientos de infracciones que ponen en riesgo su vida, pero raramente son multados
Si 1.288 asturianos han perdido los doce puntos y, con ellos, el carné de conducir desde su entrada en vigor hace dos años y medio, ¿cuántos puntos habrían perdido los peatones que cada día caminan por Gijón, en el caso de que existiera un sistema similar para sancionarles? Probablemente muchos miles más. Las imprudencias, cuando uno no utiliza ningún medio de transporte mecánico para desplazarse por la ciudad, son numerosas. Y no exentas de peligro. La más habitual, sin ninguna duda, es la de cruzar la calzada por lugares indebidos -a veces, atravesando hasta tres carriles- o hacerlo cuando el semáforo está en rojo para los peatones.
Pero hay muchas más, como cruzar entre los vehículos cuando éstos están detenidos en un semáforo, esperar para cruzar en la calzada y no en la acera o personas que sitúan el cochecito de bebé que empujan sobre la misma carretera.
Alfonso Perona, secretario ejecutivo de la Fundación RACC y asesor de la DGT, no se anda con rodeos cuando afirma, contundente, que los viandantes «tenemos mucha culpa porque nos ponemos en una situación de riesgo muy alta».
Algunos estudios, como el denominado 'Los peatones y el Tráfico Urbano', realizado por el sociólogo Amando de Miguel, revelan que el 65% de los atropellos están motivados por una infracción del peatón. «Todos buscamos inconscientemente el peligro», reflejaba hace apenas unas semanas un vecino de Gijón que, a través de la sección de La Columna Ciudadana de este periódico, reconocía que «necesitamos educación vial con urgencia» para ser «buenos peatones».
Lo subraya también el experto en tráfico y movilidad Alfonso Perona, que inciden en la importancia de llevar a cabo campañas de sensibilización y educación vial tanto para menores -en los propios centros educativos- como para los mayores.
La concienciación se perfila como imprescindible toda vez que las sanciones para los viandantes que incumplen las normas -recogidas en la ordenanza municipal de circulación y transportes, del año 2002- raramente se imponen. La ordenanza contempla multas de 60 o de 90 euros, en función de la infracción cometida, pero lo cierto es que es poco o nada habitual que la Policía Local sancione a un peatón. Tan extraño que, cuando se produce, se convierte en noticia.
Fue lo que ocurrió en enero de este año, cuando un vecino de Gijón fue multado por cruzar de forma incorrecta en la calle de los Moros. J. A. P. atravesó la calzada por un paso de peatones que en ese momento estaba siendo regulado por un policía local haciendo caso omiso a sus indicaciones. En el parte de denuncia, el agente indicó que el hombre no había obedecido las señales y órdenes de los agentes del orden y le imponía una multa de 120 euros.
La influencia de la velocidad
No obstante, en los accidentes en vías urbanas no toda la culpa puede ni debe recaer sobre los hombros de los viandantes. Los conductores también tienen su parte de responsabilidad. Lo expone el secretario ejecutivo de la Fundación RACC, Alfonso Perona, cuando refiere que, en un choque a 70 kilómetros por hora, las posibilidades de supervivencia del peatón son nulas. A 50 kilómetros por hora, existe un riesgo del 80% de que el viandante fallezca, mientras que el riesgo se reduce en un 10% con una velocidad de 30 kilómetros por hora. La velocidad también influye en el campo de visión del conductor -al moderarla, localiza y ve mejor los desplazamientos de los peatones- y en la distancia de parada que recorre el vehículo antes de detenerse por completo -28 metros si va a 50 por hora o 13 metros, si lo hace a 30-. Para este experto, la señalización de los pasos de peatones es fundamental para reducir el número de atropellos.
Después de cerrar 2007 como el peor año de la última década en lo que a atropellos se refiere -ocho personas fallecieron en Gijón arrolladas por vehículos-, el año pasado no hubo que lamentar víctimas mortales pese a que se registraron 157 atropellos. De nuevo las estadísticas vienen a determinar que estos siniestros se concentraron en enero y abril -cuando se produjo el 12% de los atropellos- y menos habituales en junio -sólo el 3%-.
El Ayuntamiento ha puesto en marcha en los últimos años varios mecanismos para reducir este tipo de accidentes. Es el caso de la limitación de la velocidad en las denominadas 'zonas 30' -de momento, sólo en calles del centro de la ciudad-, los fotorojo -que 'cazan' a los conductores que se saltan los semáforos-, los pasos de peatones elevados o la instalación, en 84 de ellos, de balizas luminosas que son visibles a 400 metros de distancia.

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