Europa

Este mes se cumple la mitad de mi periodo en Alemania, pero más que hablaros de la CRISIS EXISTENCIAL que esto supone, me gustaría contaros que ha sido de mi este mes.

 

Empecé el mes de camino al segundo seminario en Weimar, donde debería haber salido con respuestas pero siendo honestos, la persona enviada por la Agencia Nacional Alemana fué bastante condescendiente en cuanto a lo fácil que es aprender alemán y como, si no sabes el idioma, deberías olvidarte de trabajar de lo que estudiaste aquí, c' est la vie. Por lo demás, la comida no fue demasiado buena y los contenidos eran muy similares al primer seminario. Eso sí, conocí gente muy muy amable que hicieron workshops increíbles, entre los que destaco (y adjunto foto) uno sobre la creación de grupos.

 

De vuelta a Potsdam, tuve solo un momento para coger mi mochila y dirigirme a mi siguiente parada: Magdeburg. Allí me encontré con dos amigas que hice en el primer seminario, Ana, de España y Elisa, de Italia, y pude por fin tomarme una cervecita en una terraza...¡ Y SIN CHAQUETA! Además el sitio elegido fue un acierto absoluto: un local parte de una organización juvenil, Plaztmachen, que todos los sábados ofrece comida vegetariana gratis, en este caso lentejas con curry y arroz y solo pagas la bebida, con el fin de acercar a la gente joven de la zona; además cuentan con intercambio de libros y actividades culturales.

Vuelta a Berlín, mi organización llevaría a cabo la 'Intercultural abend', donde voluntarios, directores, mentores y coordinadores, nos reunimos para celebrar la interculturalidad del cuerpo europeo de solidaridad con comida de cada una de nuestras nacionalidades. Llevó mucho trabajo preparar las decoraciones, la comida (en mi caso paella) y un pequeño video en clave de humor sobre la vida como voluntarios en Alemania, pero he de decir que el resultado fue más que placentero y merecieron la pena los meses previos de estrés. En la foto de la intercultural Abend aparecemos de izquierda a derecha: Gitta, de Hungría, Julia, de Austria, yo, Claudia, de España, Meri de Albania e Ilenia, de Italia.

Antes de la llegada de Pascua otra escapada a Magdeburg, donde esta vez también pude ver a otro de mis amigos del primer seminario, Nico, de Italia y donde comprobé que con un poco de esfuerzo el italiano se entiende. 

Con la llegada de la Pascua pintamos huevos de colores en el kindergarten y preparamos regalos para los niños, de parte del Conejo. Fue muy divertido vivir la semana santa de esta manera tan diferente a la que estoy acostumbrada, supongo que de eso se trata este programa, de enseñarte la riqueza de lo diferente. Además preparamos una comida especial con mis compañeros de piso, donde cada uno preparamos algo para compartir.

El resto del mes transcurrió entre días de feria en Potsdam, karaoke, la visita al museo Barberini y la llegada de la primavera, donde siguiendo la tradición búlgara Baba Marta colgué mi martenitsa, un brazalete rojo y blanco, del primer árbol con flores que encontré, para disfrutar de salud y felicidad esta estación.

Que puedo decir... ¡Me siento muy agradecida!