Europa

Siento una mezcla de emociones al escribir este último post. Tengo muchas ganas de pasearme por Asturias y de ver de nuevo muchas caras y recibir abrazos de gente que llevo mucho tiempo sin ver en persona. Por otra parte, me da mucha pena saber que esta maravillosa experiencia ha llegado a su fin. Y por otra, estoy terminando todo lo que me falta así que he tenido poco tiempo para pensar en estas cosas. Creo que empezaré a procesarlo todo cuando llegue a España y de momento me centraré en disfrutar el poco tiempo que me queda aquí.

Pasando a cosas que hice durante mi último mes de voluntariado...en diciembre fue mi cumple así que nos fuimos un fin de semana a Mentón, un pueblo que está en la frontera con Italia, aprovechamos y el sábado paseamos por un pueblo costero en este país. Me hicieron una tarta de limón riquísima (pediré la receta) y una cena con raclette. Fue un cumpleaños muy bonito, tranquilo, en el que pude relajarme y pasarlo bien con gente querida.

Este mes también hicimos 2 cenas navideñas así que, como es normal en estas épocas, comí mucho y muy rico.

Después tuve casi 2 semanas de vacaciones pero no quise volver a España porque se me hacía mucho gasto tener que volver a Francia para días después volver a España, así que aproveché para irme a pasar la navidad en Praga y la nochevieja en París. Desde octubre, cuando visité Praga por primera vez, me llamó mucho la atención y me imaginé que en navidades aquello sería aún más bonito. Visité un montón de mercadillos de navidad, me perdí por sus calles y comí mucho,lo cual para mi se traduce en unas buenas vacaciones.

La verdad es que París nunca ha sido una ciudad que me llamara mucho. De la gente que conozco que ha ido siempre he obtenido opiniones contrarias, a unos les encantó mientras que los otros dicen que no es para tanto, como nos muestran en las series y películas. Pero pensé que, ya que había estado viviendo en el país durante un año, no podía irme sin visitar la capital y, al ir sin muchas expectativas, si no me gustaba, tampoco pasaba nada. He de decir que los primeros 2 días estaba más del lado de los que dicen que París no es para tanto pero, poco a poco, la ciudad me fue ganando. Hay muchas cosas bonitas que ver y siempre hay algo que hacer así que me parece casi imposible aburrirse ahí. Otra cosa que me llamó la atención es que salí en nochevieja y encontré algunos parisinos con los que estuve hablando horas y horas...en francés (algo inimaginable para mí hace un año), y he de decir que fueron súper majos y amables conmigo e incluso ahora seguimos hablando por whatsapp todos los días. Llegué con la idea de que eran gente más bien fría y nada acogedora, así me lo habían advertido los propios franceses. Pero bueno, una vez más queda demostrado que no se puede juzgar sin conocer.

Lo pasé genial durante las vacaciones, pero ahora toca lo más difícil...la despedida. Es duro despedirme de tanta gente tan maravillosa que he conocido y de un país del que me he enamorado y en el que he tenido el placer de vivir durante un año. Esta experiencia me ha enseñado mucho en todos los aspectos. Me ha hecho darme cuenta de que si quiero hacer algo, aunque encuentre obstáculos por el camino, es posible llegar al otro lado y conseguirlo. Recomiendo a todas las personas que tengan dudas sobre vivir esta experiencia o no, que lo hagan, hay mucho que ganar y poco que perder.

Durante casi todo este año he estado utilizando el ordenador del trabajo, y estoy terminando este post con el mío propio...y me estoy dando cuenta de que también tengo que volver a acostumbrarme al teclado qwerty, jajaja, bueno, me gustaría tener solamente problemas de este tipo. En fin, tengo ya ganas de volver a Francia jaja, así que espero volver pronto. À bientôt !