Europa

¡Otro mes pasa delante de mí, y ya son tres! Este ha sido un mes de procesos y aprendizajes. El clima navideño se notaba en toda la capital alemana, sobre todo en sus mercados navideños los cuales no dude en visitar acompañada de mis amigas y compañeras internacionales.
  

Y así, poco a poco, entre la nieve, el frío, la cena internacional de navidad, una noche de karaoke, la búsqueda de regalos de última hora en medio del caos en zoologischer garten y la visita de Weihnachtsmann al Kindergarten, llego el dia de hacer las maletas y volver a casa.

Volver a casa no fue un viaje fácil: salí desde mi trabajo en Golm (la punta más alejada de Potsdam) y viaje a Berlin Hauptbahnhof, para descubrir que mi tren a Dusseldorf, desde donde salía mi vuelo, había sido cancelado. Finalmente me dieron una alternativa y después de casi 4 horas llegué a Dusseldorf para pasar toda la noche en el aeropuerto y a las 8 de la mañana del día siguiente, por fin, aterrizar en Asturias.

Esa semana en casa fue realmente genial, y aproveche el ''buen clima'' y la maravillosa comida, así como la compañía de familiares y amigos. Esto me llevó a reflexionar sobre cómo estos pequeños periodos, donde todo el mundo está expectante por verte y pasar tiempo juntos pueden hacer que dudes sobre la decisión de vivir en el extranjero, por tanto, considero que este mes ha servido para recordarme lo mucho que me ilusiona esta experiencia y únicamente, para no perder el norte, pero también para poner en valor mi manera de vivir esta experiencia.

¡Toca volver a hacer las maletas, esta vez, destino Roma! La capital italiana sería la elegida para pasar la última noche del año con mis hermanas y con un grupo de amigos. Desde allí, vuelta a Alemania, primero Frankfurt, y desde allí Berlín. Desde entonces considero que he pasado por un proceso de readaptación a la rutina, pero la vida vuelve a pasar tranquila y me siento en paz.

¡Nos escribimos pronto, un abrazo!