Esta semana ha estado llena de nuevas experiencias y nuevos encuentros.
El miércoles Marine
y yo hemos tenido que despedir a nuestro profe de español, una
lástima porque me gustaron mucho las clases. Además me parecieron
bastante útiles porque repasamos todos los tiempos gramaticales, la
diferencia entre estar y ser, el subjuntivo y el profe nos enseño
muchas expresiones de lo cotidiano. Como pequeño regalo, Marine y yo
hicimos algunas galletas de navidad, una tradición en Alemania.
Así
se me ocurrió mi primer choque cultural: Esta semana me he enterado
de que no todo el mundo hace galletas de navidad... Sucedió el
sábado cuando Viktoria (otra voluntaria alemana aquí en Gijón) y
yo nos encontramos para hacer galletas de navidad. Nos encontramos en
su albergue porque tiene un horno grande. Pronto toda la casa olía a
galletas y la gente vino para saber lo que hacíamos - y claro
también para probarlas. ;)
Entonces les
preguntamos que hacemos galletas de navidad y por su expresión de
sorpresa les pregunté si no lo suelen hacer antes de navidad. Me
respondieron que normalmente las compran. Así que les pregunté si
habían hecho galletas al menos en su infancia. La respuesta fue otra
vez: "No" y Viktoria y yo nos quedamos en estado de choque. De
alguna manera, toda mi vida había pensado que todo el mundo hace
galletas de navidad, o digamos por lo menos todos en el mundo oeste y
como España no está tan lejos de Alemania no se me ocurrió la idea
de que solo fuera una tradición en el Norte de Europa, como me
explicó Marine. También le pregunté si lo hacen en Francia, pero
allí tampoco...
Entonces, a lo largo
de la semana pregunté a todos los grupos de conversación y a los
alumnos en el instituto si solían hacer galletas de navidad, sin
tener mucha suerte en encontrar a gente, quizás encontré a tres
personas. ¡Qué lastima! Todos los españoles y franceses del mundo
se están perdiendo una tradición maravillosa... Bueno, a veces es
así.
Como Marine tampoco
conocía esta tradición alemana, hicimos galletas juntas el martes y
ofrecimos una parte al profe de español que se alegró mucho del
regalo.
Ahora que he horneado galletas dos veces en una semana, escuchando música navideña, que por fin se ha encendido la decoración navideña en Gijón, y que cada día encuentro algo nuevo en mi calendario de Adviento (mis amigas me enviaron uno), puedo decir: Definitivamente tengo el espíritu de la Navidad.
Ayer me encontré
con Nahuel, un chico del Jurado Joven del FICX que aprende alemán y
entonces hablamos mucho en mi lengua materna (una situación poco
familiar para mí ahora, que estoy acostumbrada a hablar de todo -
inglés, francés, español - pero no alemán). Después de un
rato, nos encontramos con Marine y fuimos juntos al mercado de
navidad, aquí en Gijón. Es pequeño pero me gusta que haya uno aquí
también. Después Nahuel nos enseñó donde está la pista de
patinaje y nos separamos. No creo que nos veamos otra vez este año
pero seguramente en 2023. Fue muy guay encontrar a alguien que
aprende tu idioma materna y que busca a un nativo para practicar.
Normalmente siempre era yo la persona que buscó a alguien para
hablar español (u otro idioma) y fue agradable estar en la otra
posición para un cambio.
En general, noto
cómo voy conociendo cada vez a más gente y esto me ayuda mucho para
sentirme más en casa. El viernes por ejemplo nos encontramos con
otras voluntarias de Asturias y pasamos todo el día juntas. Primero
tomamos un brunch, después nos fuimos al Jardín Botánico aquí en
Gijón que es muy grande. Nos perdimos un poco en el laberinto...pero
finalmente encontramos la salida, jaja. Después echamos un vistazo a
la Universidad Laboral justo al lado del Jardín Botánico antes de
tomar el autobús para llegar al centro. Allí, comimos algo en un
restaurante cerca de la playa. El restaurante me pareció un poco
especial con su música espiritual y su decoración muy colorada,
pero la comida estuvo rica. Para terminar fuimos a un café - el
Jardín de Gloria - y cuando terminamos, la decoración navideña
había sido encendida por fin. Nos despedimos y las voluntarias se
fueron a sus ciudades pero intercambiamos números de teléfono y
ahora tenemos un grupo de WhatsApp. Llegado a nuestro piso, estaba
muy cansada. Sin embargo no me quedé en casa. Viktoria nos había
invitado a una cena con una chica de su grupo de yoga que es Au pair.
Resultó que era una cena con varias Au pairs y así encontré a dos
chicas alemanas y nos llevamos bien desde el principio. Así que no
veo el momento de volver a verlas. Creo que finalmente estoy
empezando a hacer amigos.
Mi cumpleaños empezó siendo el primer día del Arrival training, qué más se puede pedir, Praga, actividades nuevas, conocer gente...
¡Hola de Ola!
Creo que no había tenido una semana tan intensa como esta durante los últimos 7 años.Como dicen los Españoles: buff...
#FICX #fiesta #newfriends