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Europa

Muchos meses, más aventuras - Jesús González desde Alemania

La verdad es que ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me visteis por aquí.

El motivo de mi retraso es un abandono paulatino de las pocas obligaciones que tengo para con el Conceyu de la Mocedá de Xixón, y es una autentica lástima que no la tenga tan presente como debería. De todas formas, aquí están mis disculpas a través de esta publicación.

 Quiero dividir este texto en dos partes. En primer lugar, qué he hecho durante estos meses. En segundo lugar, cómo estoy actualmente.

Después de mi última publicación, he vivido más que alguna aventurilla por este lado de Europa. A mediados de abril, Alba y yo visitamos a nuestro amigo Martín que, junto con un compañero de trabajo, estuvo trabajando unas semanas en Amsterdam.

Sin entrar en muchos detalles del viaje -qué decir lo que involucraría a terceros, y primeros-, puedo destacar varias cosas que os serán de utilidad si viajáis a ese país. Primero: es Países Bajos, no Holanda, sin embargo, en el nombre del Duque de Alba, podéis referiros a él como más os apetezca. Segundo: el barrio rojo es traumático, no divertido; es asqueroso, no entretenido; es decadente, no moderno. Tercero: buscaros la vida para dormir, porque es caro de cojones.  Y cuarto: es mas sencillo que te timen en un restaurante español con la excusa de ''tapas'' que en un italiano, al menos en el centro. Ah, y como añadido, el alcohol es prohibitivo y hay alternativas.

 Tras la aventura holandesa -insisto con el término-, Alba -mi pareja- consiguió un nuevo puesto de voluntariado en la región, en una granja cerca a Colonia -a través de la plataforma WWOOFING-. Me alegra un montón verla feliz allí. Además, los chavales que la regentan son personas maravillosas, y esto lo puedo decir de primera mano, ya que pase unos días allí ayudándoles con la plantación, conociendo sus técnicas -aplicables a la huerta que tengo en Priañes- y pasando momentos increíbles.

En abril también vinieron mis padres. Fue una situación extraña tener a mis padres conmigo en este contexto. Fue juntar dos mundos, dos esferas de mi vida completamente distintas. Además aprovechamos para viajar con ellos a Munich. ¿Qué tal Munich? Muy bien, muy bonito, muy centroeuropeo. Me gusta mas Berlín. Quién diría...

 Con respecto al trabajo estoy contento, aunque, con el tiempo, ya estoy empezando a ver cosas que no me están gustando del todo. Obviamente ninguna experiencia, a la larga, es perfecta. Actualmente estoy empezando -tras varios meses- a trabajar en el apoyo a procedimientos de visado. Además, han venido nuevos voluntarios y estudiantes de prácticas con los que tengo una muy estrecha relación -realmente me hace muy feliz que estén aquí- ya que hemos formado un grupo bastante fuerte a junto con mi compañero Carlo, con quien me ata una relación de cercanía muy fuerte.

 

En esta publicación no quiero adentrarme mucho en el lado crítico, ya que es una cuestión que gestionaré con la organización y en un entorno más cerrado. Lo que es claro es que el Seminario de voluntarios de ESC me dio un tiempo de reflexión muy importante.

 

Además, mi trabajo consiste en, principalmente, tratar con otros voluntarios y oportunidades de ESC dentro del ''Hub'' regional, por lo que conozco en profundidad diferentes problemáticas que se dan, no solo en mi organización, sino también en las que mi organización apoya.

Por ello mismo, no estoy del todo conforme que, como actualmente hace otro voluntario, en un momento a partir de agosto, parte de la renta de mi piso la tenga que pagar con mi dinero. Y sobre todo, porque no ha habido apoyo para la búsqueda de un piso al inicio, ya que he tenido que buscarlo yo pocas semanas antes de venir. Obviamente, para los meses que me quedan, no es rentable desde ningún punto de vista cambiar de piso. Por lo que se, hay otro voluntario en una organización de la zona que está pagando él la electricidad.

El problema es que la Agencia Nacional tiene bastante poca iniciativa. Los agentes de la misma han reconocido que la respuesta de la misma a esos problemas es claramente limitada. Por eso mismo, creo que hay que ser críticos con la situación y denunciar en los niveles que nos es posible esta incapacidad. Porque el problema no es solo de quien infringe estos principios, si no de quienes tienen que velarlos no lo hacen.

Por eso animo a los futuros voluntarios a ser conscientes que tanto la organización como la Agencia te tiene que proporcionar una seguridad y unos requisitos. Y sé que nuestra posición como voluntarios, al menos al inicio del voluntariado es de vulnerabilidad.

 Y eso es todo por ahora. Siento no haber escrito mucho más, pero es que hay tantas cosas que decir que no he podido hacer más que resumirlas brevemente. Me comprometo a que el próximo texto sea en unas semanas y pueda hacer un texto mucho más rico y entretenido. Prometidísimo.

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