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Recorriendo el Norte - Manon Claire en España

Ya me conocéis y sabéis que pongo muchas fotos en mis artículos... Si os cuento todo en detalle como siempre, esta vez sí que me vais a matar, porque tengo una semana de viaje y de descubrimientos increíbles que contar. Pienso que las imágenes son la mejor cosa para contar un viaje... Entonces, os voy a enseñar mis favoritas y comentarlas para contaros mi experiencia: ¿listos para el viaje?

 

   

Empezamos nuestro primer día por el mirador del Sablón: había mucho viento, y era bastante impresionante estar en este pequeño trozo de piedra.

  

Seguimos por la playa del Silencio, de la que había escuchado muchas cosas. El lugar es muy bonito, ¡aunque la palabra "silencio" no convenía con el viento que había! Salimos de los caminos ya trillados, y descubrimos un lugar más alejado, muy bonito.

 

Paramos también en Cabo Busto, pero empezó a llover mucho: ¡gracias Asturias!

  

Luarca: ya lo conocía pero me gustó volver a este sitio precioso con mis amigos.

 

Intentamos parar en Puerto de Vega, pero no encontramos sitio para aparcar y todavía estaba lloviendo. Nos alejamos de la ciudad y paseamos un poco por la orilla del mar para tener buenas vistas sobre el pueblo.

 

El fracaso de la Playa de las Catedrales: marea alta, cosa mala. No pudimos ver los arcos en la roca 😪 Pero nos hizo gracia al final, y nos reímos mucho de la situación.

  

Empezamos el segundo día con las vistas más bonitas del viaje, desde el Mirador de Vilariño en el parque de la Costa Ártabra. Un ambiente mágico.

 

Paramos más adelante en la ruta para disfrutar de las vistas maravillosas que ofrece Galicia.

  

Descubrimiento de San Andrés de Teixido, un pueblo precioso que me hizo pensar en Grecia.

 

Teníamos muchísimas ganas de disfrutar de la playa: ¡había un sol! Improvisamos una parada en la Playa de Valdoviño: las dunas y las vistas eran, otra vez, una maravilla.

  

Paramos un rato en A Coruña, ciudad que quería visitar durante mi voluntariado. Estaba un poco decepcionada por el lado muy industrial de la ciudad. Me gustó más el centro y sus calles coloridas.

   

Tercer día: Cabo Finisterre, punto más al este de España. Nos sentíamos privilegiados de formar parte, en ese momento, de las personas más al este de España y de Europa.

  

Luego, viajamos hasta Santiago de Compostela, que también quería visitar durante el voluntariado. Y qué maravilla: me encantó esta ciudad, es tan bonita. El ambiente era muy particular, con todos los peregrinos que alcanzaban la ciudad después de tanto camino. La arquitectura, las calles, la catedral,... todo me gustó.

 

 

Nos alejamos un poco del centro para visitar la Cidade da Cultura de Galicia. El complejo cultural era muy bonito, y me parece genial tener un lugar así en una ciudad.

  

Cuarto día: lluvia, otra vez. Queríamos visitar el parque natural de las dunas de Corrubedo, pero con este tiempo, imposible...

   

Por suerte, salió el sol cuando llegamos a Combarro, un pueblo de pescadores que me pareció muy bonito. La organización del lugar me sorprendió mucho: me encanto descubrir el sitio y sus tradiciones.

 

Dormimos perdidos en medio de la nada. La dueña de la casa en la que estábamos tenía conejos, ovejas, perros. Descubrimos este lado rural de Galicia y aprovechamos la oportunidad para acariciar a los animales: un momento lleno de cariño.

    

Quinto día: atravesamos el Parque natural de Montesinho. ¡¡Podremos decir que fuimos a Portugal!!

   

Por la noche, asistimos a las procesiones de Semana Santa en Salamanca. Un momento muy especial, que me sorprendió mucho, pero me gustó descubrir esta tradición española.

   

Sexto día: visita de Salamanca. Quería descubrir esta ciudad porque había escuchado que había archivos de la guerra civil allí, un periodo que me interesa mucho. Pude visitar este museo, y me gustó mucho la ciudad también. La arquitectura, el río, la historia y los detalles: siempre encontrarás algo interesante en Salamanca. Por la tarde, viajamos hasta Segovia y nos encontramos con amigos de Gijón, que estaban de vacaciones en Madrid. Era muy gracioso encontrarnos aquí y lo pasamos genial.

   

Séptimo día: cumplí un sueño visitando Segovia. De hecho, cuando empecé a estudiar español a los 13 años, había hecho una presentación sobre el acueducto de Segovia. Desde entonces, soñaba con visitar la ciudad... Y ahora está cumplido: vi el acueducto, la catedral, el Alcázar, los callejones y el barrio judío... Segovia me encantó, y estoy tan agradecida de haber podido visitarla después de casi 8 años soñando con ello ♥

    

Hicimos una parada rápida en Burgos, con tal de ver un poco esta ciudad bastante conocida en España. La catedral, el mirador del Castillo, el paseo al lado del río y los colores de la Plaza Mayor: Burgos parece muy bonita.

   

Alcanzamos los Picos de Europa el octavo día. Me sentía un poco como en casa, porque estábamos en Cantabria, y ya conocía el lugar. Queríamos subir con el teleférico de Fuente Dé para hacer senderismo, pero no había más tickets... Y menos mal: no lo pensamos pero había mucha nieve arriba y no se podía hacer nada. Entonces, disfrutamos del paisaje abajo, entre las ovejas y las vacas.

   

Encontramos otra opción para j¡hacer senderismo y fuimos a caminar en los alrededores de Brez. Tuvimos mucha suerte, ya que el tiempo era maravilloso: las vistas eran aún más bonitas. Hablamos con un pastor, que nos contó cosas sobre su vida y su día a día con sus ovejas. Compartimos un momento muy especial con él. Es una de las cosas que prefiero hacer viajando: hablar con la gente y descubrir más cosas sobre el entorno que estoy visitando...

  

Por la noche, visitamos Potes. Ya conocía el pueblo, pero no de noche. Volver allí me recordó momentos muy bonitos de mi Erasmus en Cantabria.

   

El noveno y último día empezó muy bien, con un cielo muy despejado en el Mirador de Santa Catalina. Quería llevar a mis amigos a ver las vistas increíbles que ofrece este sitio que había visitado el verano pasado. Una vez más, era maravilloso. Queríamos aprovechar del buen tiempo para visitar unos lugares en la costa entre Llanes y Gijón antes de regresar. Pero desgraciadamente, en cuanto salimos de los Picos de Europa, nos encontramos en la niebla. Por eso, decidimos volver a Gijón más temprano, porque no valía la pena... Estaba un poco decepcionada, pero también estaba contenta de volver a casa. 

Como podéis ver, este viaje estuvo lleno de descubrimientos y de aventuras. Fue mi último viaje antes de volver a Francia (dentro de pocos días), y estoy muy agradecida de haber podido visitar tantas cosas en poco tiempo. Cada vez más me enamoro de España, de su cultura y de sus sitios maravillosos. 

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