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Con los pies en el suelo - Yaiza Esteban Martinez desde Italia

Ahora ya sí que ha llegado el momento de hacer las maletas y poner fin a esta mi experiencia aquí en Italia. Quería haber escrito este post el último día estando todavía en Pesaro pero no ha podido ser... así que lo estoy haciendo ya desde España. Ya estoy aquí, y todavía no lo termino de creer, incluso me he despertado sin saber muy bien donde estaba. Se trata de casi un año viviendo con otra gente que se convierte en tu familia y en otra casa que también se convierte en tu casa, así que cuesta hacerse de nuevo con la vida que tenías antes de comenzar la aventura.

Este último mes ha sido de los más intensos, con decir que he estado en 3 países distintos os podéis hacer una idea... El primer fin de semana fui a Malta y me llevé una gran sorpresa  al descubrir este país del que no tenía idea y ver el gran mix cultural que tienen. Tan pronto te encuentras una cabina de teléfono londinense, como un Ristorante italiano como que conducen por la izquierda. Disfruté muchísimo de la comida, de la gente y de sus paisajes.  El segundo fin de semana, fuimos Aina, David y yo a Padova. Teníamos mucha ilusión de hacer un viaje las tres juntas, ya que sabíamos que estábamos en nuestra recta final y hemos vivido juntas la experiencia desde el principio y porque además una de las mejores amigas de David iba a visitar a una amiga suya y pudimos coincidir. Así que, no nos importaba el destino ni el lugar, sino hacer una escapada y disfrutar del tiempo juntas. Resultó que Padova nos gustó mucho, es una ciudad no demasiado grande pero llena de detalles arquitectónicos y rincones muy bonitos. Una vez allí nos enteramos que también estaba la famosa basílica de San Antonio de Padua, así que conocimos un poco más de la historia italiana. El tercer fin de semana fuimos a Bari y sus alrededores (Lecce, Polignano da Mare y Alberobello). Fuimos un gran grupo, 14 en total, similar a cuando fuimos a Napoli pero  con muchos de ellos que recién habían llegado, así que fue un descubrir más a los nuevos voluntarios y crear lazos más fuertes entre nosotros. Porque esto es otra de las cosas que he descubierto... viajando es una de las mejores formas de conocer mucho más y mejor a alguien. Así que me encantó esta escapada, me encanta el sur de Italia... la gente es muy familiar, muy alegre y cercana. Probé uno de los mejores cornetos de pistachio de la historia y también probé sus famosos pancerotti y el pasticcioto de ricota y pistachio. Y ya por último, otro viaje pero ya el de vuelta a España.

En Malta con una de las cabinas londinenses. 

David, Aina y la amiga de David en Padua.

Todo el grupo en Alberobello. 

Si no me equivoco alguna vez he compartido con vosotrxs que la casa donde dormimos los voluntarios que hacemos el proyecto con la Cruz Roja se trata de la sede vieja, un edificio de 4 plantas que ha sido habilitado para que ahora vivan los voluntarios y como consecuencia cuando vienen trabajadores de la Cruz Roja de vacaciones o gente de Erasmus, se quedan con nosotros. Por lo que obviamente, como situación de emergencia con la guerra entre Rusia y Ucrania, la Cruz Roja actúa y ofrece como asilo temporal las habitaciones que tenemos libres. La situación en casa se complicaba un poco, 13 personas en un mismo espacio con culturas diferentes e idiomas totalmente distintos... conviviendo con dos familias que huyen de una guerra, que han dejado atrás todo lo que tenían e incluso familiares que siguen en la situación de conflicto. En algunas de las conversaciones que he tenido con la abuela me di cuenta de que nuestros problemas de voluntario eran demasiado simples y cuando Katya, de 12 años me contaba que estaban en clase de química y de repente empezaron a huir porque sonaban las sirenas de emergencia, puse los pies en el suelo y empecé a ser consciente de que todas las noticias que vemos esconden historias vividas en primera persona. 

Adrián y yo con dos de las chicas ucranianas. 

Llegaron los momentos nostálgicos en los que nos despedimos todos, el día anterior se fueron Aina y David, increíble porque según nuestro programa de voluntariado era yo la que tenía que dejar el proyecto antes y al final me tocó decir adiós a mí a ellos. Ese día fue muy intenso emocionalmente, veía a Morgan llorar y no podía contener mis lágrimas. Pensé que ya no tenía más, pero llegó mi momento de coger el tren hacia el aeropuerto y mis sentimientos estallaron sin poder contenerlos. Viéndoles a todos las caritas y recordando tantos momentos inolvidables... recordando gente que ha pasado, viendo gente con la que estaba empezando a conectar... Tengo una cosa muy clara, en esta experiencia conoces mucha gente de distintos países, con diferentes costumbres, culturas... pero todos tenemos algo que nos une, unos valores y principios y una bondad increíbles.  Despedirme también de las familias ucranianas fue difícil porque empezaba a establecer una amistad con todas ellas y me siento muy feliz de haberles conocido a pesar de que el motivo fuera por un conflicto bélico.

Momento de la despedida en la estación de tren. 

 

Dejo de hablar sobre cosas tan concretas y ya que es mi último post simplemente decir que todo aquel que tenga una mínima necesidad de salir de la zona de confort, de descubrirse así mismo, de crear nuevas oportunidades, de explorar nuevos sitios y conocer gente diversa o simplemente se encuentre un poco perdido o indeciso sobre qué camino escoger, adelante con este voluntariado. Es una experiencia increíble, es una oportunidad para crecer profesional pero sobre todo personalmente, no necesitas nada, tenemos todo cubierto, solo necesitas dejar de poner excusas, quitarte el miedo y preparar la maleta. Ya he ido contando que no todo es perfecto, esto es una montaña rusa y aunque haya dicho que era más consciente de todo cuando se acercaba el final, en esta experiencia ya sabes que estarás aquí por un tiempo determinado, por tanto, vives todo con mucha intensidad desde el minuto uno. Ahora me toca el siguiente paso que es intentar reconducir mi vida, es difícil porque uno de los motivos por el que me animé a hacer este voluntariado es porque me sentía un poco perdida a nivel profesional y ahora me siento todavía más perdida, con nuevos proyectos en mente y nuevas oportunidades, pero se me hace un poco difícil decidir el siguiente paso. Así que ahora me toca reflexionar y pasar a la acción.

Os animo a todos a vivir en primera persona todas estas anécdotas que he ido compartiendo. Un abrazo enorme y hasta pronto.

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