Europa

"Qué bella es la montaña", dice una famosa canción francesa. Y hoy más que nunca estoy de acuerdo con esta letra. Hacía semanas que quería irme a la montaña, en plena naturaleza, para disfrutar del aire puro y de los paisajes increíbles que nos ofrecen estas zonas. ¡Aún más ahora mismo con los colores del otoño!

La semana pasada, en el taller de conversación de francés, estábamos hablando de senderismo y de lugares que visitar en Asturias. Estaba apuntando todo en mi libreta, preguntando al mismo tiempo cómo llegar a esos sitios que me recomendaban la gente en autobús, ya que no tengo coche en Gijón. Al final del taller, una pareja con la que me llevo muy bien me dijo "sabes Manon, nosotros vamos muy a menudo a la montaña, así que, si quieres, te avisamos y puedes venir con nosotros". Y dos días después, recibía un mensaje proponiéndome una ruta el sábado, para disfrutar del muy buen tiempo previsto para el finde en la montaña... Qué contenta estaba: nunca hubiera pensado irme de senderismo con personas de mi taller de francés. Pero al final, qué buena fue esa experiencia. Todavía estoy maravillada con lo que descubrí.

Victor y Ana nos llevaron a los Lagos de Covadonga: vaya coincidencia, justamente durante la semana había visto fotos de los Lagos y estaba soñando con irme por allí. Y la verdad que fue... increíble. Hicimos senderismo por aproximadamente 4 horas en las montañas detrás del primer lago. Como lo soñaba, los colores del otoño habían vestido los árboles y sus hojas... ¡Incluso vimos nieve! Seguro que las primeras nevadas ocurrieron algunos días antes... Era precioso: los picos de las montañas estaban todos nevados. Es decir que teníamos un paisaje con el sol, los colores del otoño en los árboles, y además los picos nevados... ¿Qué podíamos esperar más? Comimos nuestro pícnic en el camino, y tuvimos la suerte de observar algunos rebecos corriendo en las alturas: qué espectáculo.

Después de nuestro senderismo, nos fuimos al segundo lago y teníamos unas vistas ... increíbles. Llegamos al momento ideal para tener las luces de la puesta de sol en la montaña. Y esa misma montaña se reflejaba perfectamente en el agua tranquila del lago: pude sacar algunas fotos, y seguro que si las volteas casi no ves la diferencia entre en reflejo y la realidad.

Para terminar bien el día, no podíamos irnos de Covadonga sin visitar el santuario. Así que fuimos, y aunque ya conocía el lugar (lo visité el verano pasado con mi familia), la atmósfera era completamente diferente en esa temporada. Las montañas en los alrededores tenían colores diferentes que en julio, y me parece que esto daba al santuario un ambiente aún más apacible y mágico.

Ese día fue una muy buena sorpresa. Descubrí un lugar impresionante con personas adorables, y espero que muy pronto vamos a irnos de nuevo juntos para hacer una ruta.  

¡Esa semana en el CMX fue muy dinámica! Entre los talleres de conversación y las charlas para hablar del Cuerpo Europeo de Solidaridad, había muchas cosas que hacer. El martes me fui con Nanús a Oviedo para dar una charla en un colegio mayor, y era la primera vez que presentaba unas partes de la charla sola, con mi propia presentación. Me gustó mucho esta experiencia, y creo que de momento es lo que más me gusta de mi voluntariado: me permite estar en un ambiente dinámico, conociendo a nuevas personas y hablando de una experiencia que vale mucho la pena, y eso es lo que me encanta.

¡Y las próximas semanas se anuncian aún más dinámicas! El viernes 19 empieza el Festival Internacional de Cine de Xixón, en el que tenemos la suerte de formar parte del jurado joven. Tengo muchas ganas de vivir esta experiencia única con nuevas personas, en un ambiente muy especial... ¡Os contaré todo en cuanto pueda!