Han pasado dos semanas desde nuestro seminario online y no les dije nada. Al principio estaba muy decepcionada porque no tuve la oportunidad de viajar a otro lugar y no pude encontrarme con otros voluntarios de forma presencial. Por eso no tenía muchas ganas de asistir al seminario online que era obligatorio. Pensaba que iba a ser aburrido y muy teórico.
Pero al final: ¡Todo lo contrario!¡Fue una semana muy divertida! Las organizadoras fueron muy simpáticas y se esforzaron mucho. Intentaron estructurar una formación dinámica y esto funcionó más que bien: jugamos, bailamos, hubo meditación, tuvimos que producir una película sobre nuestras diferentes culturas y tuvimos que crear una postal sobre nuestro trabajo. Tuvimos la oportunidad de hablar con todos los voluntarios y pudimos intercambiar nuestras experiencias todos juntos o en grupos pequeños. En esa semana aprendí muchas cosas nuevas y encontré a nuevas personas de diferentes países (Alemania, Francia, Italia, Rusia,..). Al final de la formación estaba claro que nos veríamos en ciudades diferentes...
¡Dicho y hecho! El finde pasado, el sábado, Manon y yo cogimos el autobús Alsa a Santander para encontrarnos con algunos voluntarios. En total fueron siete personas: Seis voluntarios y un estudiante de Madrid, cuatro de Francia, uno de Italia, una de Polonia y yo de Alemania. ¿Qué puedo decir? ¡Un finde muy guay! Por fin podemos reunirnos y podemos conocer mejor a las personas detrás del ordenador. Me encantó hablar con los otros voluntarios en ingles y español, pasear por la ciudad y comer juntos. Por la noche dormimos en un hostal muy céntrico que solo puedo recomendar! Está cerca de la estación de autobuses y la atmósfera era muy familiar...
Antes de pudiéramos explorar la ciudad con nuestro guía personal Manon (hizo un Erasmus durante 5 meses aquí), primero tuvimos que fortalecemos después de nuestro viaje en autobús. Comimos en el café Santa & Co que es un lugar muy barato (Santander es una ciudad cara), bonito y con mucha oferta. Por segunda vez ese día pedí el desayuno "americano" que incluye unos deliciosos pancakes con huevos revueltos y bacon. ¿La segunda vez? Sí, pues Manon y yo fuimos las primeras que llegamos a Santander por la mañana. Después del almuerzo caminamos a lo largo de la costa. De esta manera teníamos una vista perfecta sobre el mar, las playas y la naturaleza en general. Pero lo mejor: Pudimos ver la puesta de sol. ¡Tan bonita! Podía mirar al cielo horas y horas...Pienso que que hay bonitas puestas del sol cada semana aquí en España...Y en Alemania? Casi nada. Siempre un cielo nublado:( Todo el camino hasta el hostal caminamos. Pero no fue mal porque hablamos mucho sobre nuestro trabajo, las diferencias entre los países y tal y así el tiempo pasó volando. Para la cena compramos unas cervezas y pizzas que las pusimos en el horno del hostal. ¡Que rico! ¿Hace cuánto tiempo no comía pizza? Es porque en nuestro piso no tenemos horno...¡Que pena! Aparte de la cena disfrute la tarde porque la atmósfera fue muy relajada, hablamos y reímos mucho y hubo trucos de cartas. Terminamos el día en un bar bebiendo, bailando y cantando...
Empezamos el día siguiente juntos con un desayuno típico en el hostal: pan con tomate. Todos estaban un poco cansados, pero queríamos disfrutar el último día con un buen tiempo. Así que pusimos nuestras mochilas y empezamos a caminar otra vez. Esta vez nuestro destino fue el Palacio de la Magdalena. En nuestro camino allí pasamos el puerto, el Centro Botin y algunas playas. Otra vez tuve conversaciones muy interesantes sobre "que pasará después del voluntariado y en el futuro". Cuándo llegamos al Palacio tuvimos que sentarnos primero: pausa. El palacio es muy bonito y la vista sobre del mar y la ciudad: ¡increíble! Para la memoria sacamos una foto todos juntos delante del palacio. Antes de irnos de la ciudad comimos juntos la última vez...
Y ya llegó el momento de decir "Hasta luego". Que pena, que el tiempo pasó tan rápido... Me hubiera gustado quedarme más tiempo con los otros voluntarios...Realmente disfruté este finde. En total un finde fantástico con nuevos encuentros! Una cosa es segura: Queremos encontrarnos otra vez en una ciudad diferente!
Este fin de semana me escapé a Francia, después de un mes y medio sin ver a mi familia.
Después de un viaje largo (7 horas de bus y luego 3 horas de coche desde San Sebastián), finalmente llegué a Burdeos el 31 de octubre, justo para celebrar Halloween. Ya sabía que Halloween en Burdeos no era la gran cosa, pero igual me emocioné y decidí disfrazarme de una bola disco!