Europa

Despedimos el mes de octubre con una noche de miedo celebrando Halloween, con más despedidas de algunos voluntarios que finalizan su proyecto y con bienvenidas a otros que lo comienzan. Y sí, así es esta experiencia... emocionante, intensa ...se va gente con la que has compartidos muchos momentos, algunos no sabes si volverás a ver, otros sabes seguro que sí...  y unas horas más tarde vienen otros que ocuparan su lugar. Como la vida misma, gente que viene y va. Pero sin duda, aquí crecen muchas ramas del árbol de tu vida y eso es una de las mejores partes del voluntariado.

Ha sido un mes largo y corto al mismo tiempo...  Murió mi abuela, así que hice un viaje exprés para pasar el día con mi padre y estar a su lado todo el tiempo que me fuera posible... Durante los meses que estás aquí la vida continúa allí, en tu país de origen... así que sí, también hay momentos amargos que vives durante esta experiencia, pero estoy rodeada de gente maravillosa que hacen que éstos dejen de ser tan amargos. Por lo que, es normal que haya días en los que ocurran problemas familiares y que te sientas lejos e impotente o simplemente que eches en falta a alguien o algo, pero esto también forma parte de la experiencia y el saber controlarlo y gestionarlo supone un aprendizaje más. Lo más importante es no perder el foco y seguir persiguiendo aquello que te hizo venir.

También he tenido momentos muy buenos este mes, mis clases de yoga, días de pijamada, quedadas de aperitivo italiano y buenos resultados con el trabajo realizado en equipo. Y con este pequeño resumen del mes me despido y os cuento novedades el próximo mes.

Con Alba y Aina en la Noche de Halloween

Con Marie en el servicio de Unità di strada (reparto de comida a las personas en situación de calle)

 Con mi hermana y mi padre en la visita exprés que hice     Despedida a Vincent alias Paquito