Europa

Abril, tu que siempre pasas desapercibido, éste año tengo que darte las gracias, por que viniste con un proyecto precioso entre las manos.

Omar, un artista finlandés afincado temporalmente en la isla, tuvo la idea de pintar un mural en la Escuela de música de Lefkada. La temática giraba en torno a la creatividad, la musica y la sostenibilidad. Para conseguir la financiación, Omar presentó el proyecto a mi organización y tras varios meses de negociaciones y trabajo previo, comenzamos a pintar a modo de colaboración. 

Queriamos enviar un mensaje inspirador. El texto en la pared reza asi: "Las abejas polinizan las flores una a una, pero juntas generan un tercio de nuestra comida. Ayudemos a sus bzzz a formar parte dela sinfonia de la vida. Se (en inglés es Bee, haciendo un juego de palabras) el cambio y protége la naturaleza"

Pintar esa pared resultó ser un trabajo intenso de tres semanas. El edificio es grande y la altura te obligaba a trabajar con ciudado. Fue toda una experiencia que disfruté muchismo y fue muy gratificante finalmente verlo terminado, tan grande y tan colorido. De alguna manera, siento que cuando termine mi tiempo aquí, habré dejado una pequeña huella, mi granito de arena para embellecer un poco más este lugar (si es que es eso posible).                   

Otra gran sorpresa, fue descubrir como a cada día que pasaba, los estudiantes se interesaban por el mural  e incluso,  quisieron participar y ayudaron muy motivados en algunas etapas del proceso. Fue cuanto menos curioso estar rodeada de un puñado de adolescentes griegos, escuchar su música, intentar entender y balbucear algo en su idioma, compartir cancha en los descansos y a veces, mientras nosotros pintabamos, ellos ensayaban alguna pieza musical en el exterior. Ése era el momento más especial. Ellos tocaban su musica y mientras, yo me dedicaba a pintar esas enormes notas musicales. ¿Se puede tener mejor inspiración?. 

Os contaré también, que he descubierto que pintar murales es adictivo. Ahora, cuando camino por las calles y veo paredes vacías, mi cabeza vuela imaginando colores y mensajes. Mi mirada ha cambiado y ya no veo muros desconchados y grises, veo lienzos en blanco esperando a contar historias.

En otro orden de cosas, abril trajo días festivos. Aquí en Grecia se celebra la Pascua ortodoxa, que tiene lugar a finales de mes. Es la festividad más importante para los griegos, muy por encima de la navidad. En esencia se hacen las mismas cosas que en nuestra semana santa: comidas copiosas y actos religiosos. Pude ver algunos de los rituales de la festividad y dejando a un lado lo puro eclesiástico, hubo tres cosas que me gustaron especialmente. Una juntanza en la playa para volar cometas, regalar chocolate por doquier a tus seres queridos y la recogida de flores silvestres para crear coronas para las fachadas de las casas. 

Y después llegó Mayo. Y llegó con premio y a lo grande. El gobierno de Grecia al fin levantó las restricciones, reabrieron los bares y por fin pudimos empezar a movernos dentro del país. Realmente fue todo un evento, una fiesta por todo lo alto. De un día para otro, las calles se llenaron de gente, color y alegria. Lefkas ahora parece otro lugar, el verano ya está cerca y la gente luce feliz.

Y ahora he de dejaros. En dos días empiezan por fin mis deseadas vacaciones y tengo que ultimar unos asuntos. A mi regreso, informaré sobre mi vuelta por Grecia. 

Un abrazo grande.