¡Hola de nuevo!
Después de un tiempo sin pasarnos por aquí, hemos vuelto para contaros las novedades de este último mes, lleno de aventuras y acontecimientos inesperados.
A mediados de febrero, tuvimos la segunda quedada con más jóvenes que participan en proyectos del ESC en esta zona de los Balcanes. En esta ocasión, el meeting tuvo lugar en un pequeño pueblo en mitad de Serbia. No parece muy tentador como destino vacacional, pero la verdad que fue una semana que repetiríamos mil veces. Momentos de reencuentro y de inspiración, de frenar la rutina y tomar conciencia de la labor que estamos haciendo.
Tras la vuelta a Zagreb, un nuevo cambio nos esperaba. La llegada de una nueva voluntaria a nuestra organización nos hizo reconstruir nuestra rutina y aprender que adaptarse forma parte de la vida.
María, así se llama, venía a trabajar en un proyecto paralelo durante dos meses. Vivíamos y trabajábamos los tres juntos, y la expresión "cuantos más mejor" cobró sentido para nosotros/as.
Compaginamos el trabajo con clases de baile y de cerámica, dejando siempre tiempo para una cerveza fría en cualquier bar del centro de la ciudad o un café en la terraza de la plaza del mercado, porque en esa siempre da un poquito el sol.
También tuvimos tiempo de preparar nuestra pancarta para sumarnos a la gran marcha del 8 de Marzo. Fue bonito vivir este día tan importante en una ciudad nueva y ver que no importa el sitio, ni siquiera el idioma, si no el mensaje que se transmite.
Y sí, como no podía ser de otra manera, un nuevo acontecimiento llegó a nuestras vidas, esta vez arrasando con todos los planes y proyectos que teníamos previstos. Una pandemia se expande por Europa y encierra a todo el mundo en sus casas. Como si se tratara de una película apocalíptica, las calles de la ciudad comienzan a estar vacías, ya no hay ruido de coches ni gente en las terrazas. El mundo se para y tienes que gestionar una nueva situación para la que parece que no estas preparado/a, pero que sin duda sabrás superar.
En nuestro caso, y por si fuera poco, también tuvimos que lidiar con un terremoto que sacudió la ciudad el pasado domingo 22. Por suerte, no fue más que un susto, y otra experiencia más que sumar, pero una de esas que no le recomendamos a nadie.
Ahora, una vez que todo se ha calmado un poco y que parece que nos vamos acostumbrando a esta nueva rutina, seguimos desarrollando la tareas que podemos de nuestro proyecto desde casa. Salimos a comprar al supermercado una vez a la semana e intentamos ser positivos en este nuevo reto. Esperamos que por allí estéis todos/as bien y que seáis más fuertes que este escenario que nos ha tocado vivir.
Pronto volveremos a nuestro día a día, pero de momento toca quedarnos en casa.
Un abrazo fuerte a todos/as (manteniendo los dos metros de separación, claro).
¡Nos vemos pronto!
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