¡Ya estoy de vuelta! Este mes de marzo se caracteriza por haber sobrepasado la mitad del proyecto, y por tanto, comienzo a pensar en el final, y en lo que haré después. Si...puede ser que sea muy pronto, pero lo cierto es que con la llegada de la primavera, todos los pensamientos cambian. Cambian en el buen sentido, ya que, estamos totalmente adaptados a la vida del voluntario, adaptados a Génova, somos parte de la sociedad que nos rodea y somos ciudadanos socialmente activos, pero al mismo tiempo, no queremos que esto acabe y el futuro está lleno de incertezas, que espero poco a poco se resuelvan.
Por otro lado, este mes está lleno de retos superados y luchas consolidadas, como la lucha por el feminismo. El 8 de marzo fue un día lleno de buenas vibraciones, en el que compartí con amigos, compañeras de trabajo, niños y niñas de la escuela que apoyaron la causa, vecinos y vecinas que unieron su voz a Non un di Meno, movimiento feminista a nivel nacional que salió a la calle para reclamar una plena igualdad, un feminismo humanista, en el que todos, independientemente del género, debemos sentirnos partícipes. Fue un resultado masivamente positivo y satisfactorio, ya que después de tantos esfuerzos, jornadas de sensibilización, encuentros en institutos, universidades y sindicatos, hemos sembrado la semilla del cambio. Además, el tiempo nos regaló una maravillosa jornada, llena de luz y de motivos para celebrar. Ojalá se siga celebrando la unión de la sociedad por una causa justa en todos los ámbitos que afectan a la misma. Debo decir que comencé el mes llena de esperanza.