Ahoj a todos! El comienzo de año checo no ha sido especialemente movido, porque es enero e hizo un frío tremendo. La parte buena, es que estaba todo cubierto de nieve, así que los voluntarios de Náchod aprovechamos la ocasión para ir a esquiar a un puerto de esquí en la frontera con Polonia.
Últimamente estoy trabajando más a fondo, ya que finalmente me dejan llevar a cabo talleres con los niños donde yo soy la coordinadora de la actividad. Explicar a los niños checos de 8 años como se hace un atrapasueños o como se hacen marionetas, sin el vocabulario preciso y sin apenas verbos, no es la mejor opción del mundo, pero la sensación de bienestar al finalizar y saber que todo ha salido bien gracias a tu esfuerzo es incomparable.
Entre workshop y workshop, hicimos eventos como Klondike, donde los pequeñajos tamizaban arena en busca de oro al más puro estilo americano del siglo XIX. A nosotros nos tocó vestirnos con ropa de época, que más que look americano nos daba aspecto de Europa del este. Power rangers del este, mas bien.
Y como fue un mes muy tranquilo y frío, nos metimos en casa y nos pusimos a decorar el piso.
Y también pintamos telas para colgar por la casa!
Me despido con paisjes nevados de nuevo, ya que estamos en febrero y las temperaturas empiezan a subir, por lo que en dos semanas no quedará ni rastro de estas escenas.
El martes ha sido muy diferente de lo que habíamos esperado.