¡Hola!
Los últimos diez días fueron marcados por la estancia (larga, es verdad) de mis amigos belgas y por nuevos proyectos para mí en el Conseyu.
Sigo con las actividades en el CMX: en los grupos de conversaciones todo nos está saliendo bien a Leila y a mí. Me gusta llevarlos y la gente participa activamente. También estoy aprovechando lo bueno qué tienen las clases online de español. Aunque son muy aburridas, las uso para mejorar mi gramática (sobre todo con los verbos) porqué es algo muy difícil para mí.
Esta semana fui también con Nanús a un instituto en Salinas (pueblo marinero cerca de Avilés) para dar una charla a los jóvenes. Esta actividad me dio una primera idea para mi proyecto personal qué tengo que llevar a cabo en el SVE. Pensé en organizar para el inicio del próximo año escolar presentaciones y sesiones informativas sobre el SVE (En institutos pero también en clubes deportivos u otras asociaciones de jóvenes). Mucha gente no tiene información sobre el programa Erasmus + y para mi es una pena. Los jóvenes tienen que saber sobra esa oportunidad ofrecida por la Unión Europea.
Hablando por Skype con mi amigo Alex, un francés que está haciendo un SVE en Suecia, nos han salido otra idea, la de montar un proyecto común con nuestras asociaciones en torno al tema del género y de las discriminaciones de las minorías. Un tema muy importante para nosotros y para la EU. Nanús me dio alguna documentación sobre lo qué Europa nos permite hacer y montar ese proyecto que me hace mucha ilusión. Os contaré más adelante como salen las cosas.
A un nivel más personal, disfruté mucho con mis amigos. Después de Llanes, llegamos a Gijón y dimos una vuelta por la ciudad. Ya estoy acostumbrado a hacer la visita y tengo mi ruta y explicaciones preparadas. Como tenía que trabajar, les envié a visitar Oviedo y León. El tiempo fue perfecto y durante el finde salimos de fiesta con otros voluntarios y visitamos Astorga, ciudad encantadora con sus murallas, su palacio episcopal, su catedral y su plaza mayor. Un toque del país leonés. Luego los chicos volvieron al calor de Bruselas (qué raro escribir eso) y aproveché para descansar toda la semana con series y lecturas.
¡Hasta la próxima!
Este fin de semana me escapé a Francia, después de un mes y medio sin ver a mi familia.
Después de un viaje largo (7 horas de bus y luego 3 horas de coche desde San Sebastián), finalmente llegué a Burdeos el 31 de octubre, justo para celebrar Halloween. Ya sabía que Halloween en Burdeos no era la gran cosa, pero igual me emocioné y decidí disfrazarme de una bola disco!