Europa

¡Qué mundo!-Cristina Athanasopoulou-SVE en España

Pues esta semana aprendí muchas cosas...por ejemplo el sentido doble de la palabra lápiz, un poco de la historia de Cataluña, que sale en Internet cuando escribes actrices de la Republica Checa (por favor probadlo...y mejor en casa! Jaja).

Hoy en día, el mundo se mueve en una órbita furiosa y hay veces que quiero ver hasta dónde nos llevará esto y otras que me siento un poco saturada y preocupada por el futuro... Mucha información, mucha gente, muchos porqués y cómo...Pero no estoy aquí para abordar preguntas insalvables.

El domingo pasado fui a Cudillero con la chica de Italia, Sara, que hace su SVE en Avilés. Nos quedamos allí 8 y media horas que son suficientes para descubrir Cudillero. Se trata de un pueblo de Asturias muy pequeño pero pintoresco y bonito. Había mucha gente que aprovechó el buen tiempo y quería tomar un café o una cerveza debajo del sol en las cafeterías-cervecerías que asoman cuando llegas al centro de Cudillero. Los españoles, los italianos y los griegos tenemos mucho en común y aunque sé que siempre depende de la persona, en mi opinión todavía hay algo intangible quizás un sentimiento que hace nuestra comunicación cercana y divertida.

Ayer Bárbora y yo salimos de fiesta después de mucho tiempo. Había una reunión de estudiantes de Erasmus en la cervecería Morrison donde cada jueves está organizada una cita. Teníamos suerte porque encontramos un chico de Colombia, David, que asiste a los cursos de francés y así conocimos a otra gente y lo pasamos pipa! Gente de México, de Honduras de Ecuador, de Cuba...

Además, esta semana muchas personas participaron en el curso de inglés de jueves por la tarde y espero que más personas vengan para que sea la conversación activa y multicultural.

Nunca creí que tendría que estar al día en cuanto a los desarrollos políticos de España...y cuando compré los billetes para ir a Barcelona no imaginaba que la visitaría en un momento histórico. Por un lado, esta idea me fascina y por otro me da un poco de miedo porque no tengo pasaporte (jaja) y no sé si regresaré a Gijón. Por supuesto cuando vuelva, tendré mucho para contaros.