Europa

El verano ya se huele en Poreč, los parkings están a rebosar, parkings que hasta hace dos días estaban vacíos. En las playas es difícil encontrar un hueco en el que poner la toalla y en las calles es casi imposible no chocarse con alguien.
Este mes de junio tuve visitilla de España, que ya apetecía, mis amigas Jenni y Elena. Juntas recorrimos algunos sitios en los que ya había estado, como Rovinj o Pula, y otros nuevos como Venecia. También fuimos a la hermosa cueva de Baredine. Incluso las hice trabajar un poco en la residencia: pasamos algún tiempo haciendo manualidades, cosa que los ancianos apreciaron, y se quedaron con ganas de más porque preguntaban cuándo iban a volver.

En la visita a Rovinj tuvimos una «bonita» experiencia con las medusas, es posible que oyerais los gritos desde Asturias, no míos aunque parezca increíble. 
Por suerte hasta ahora no volví a verlas (las medusas, no a mis amigas).
La visita fue un poco locura porque cuando estaban aquí tuve que cambiar de apartamento; de nuevo  todo a la maleta, que por cierto no sé cómo haré para volver a España, porque voy acumulando cosas nuevas.

 

Como no podía faltar, cuando estuvieron hicimos una cena a la española, vaya tortilla, que ya se echaba de menos.
La semana antes de venir mis amigas estuvieron aquí amigas de mi compañera e hicieron una cena típica ucraniana.



En Poreč hubo una competición de volleyball acompañada de una descarga de fuegos artificiales. Como una imagen vale más que mil palabras, mejor que lo veáis vosotros mismos. (Algunas de las fotos no las hice yo)