¡Hola! ¿Qué tal?
Ya estoy de vuelta por estos lares después de un tiempo estando bastante ocupada con el trabajo y con pequeños viajes alrededor de Estonia. Puedo decir ya con seguridad, que Estonia es uno de los países más preciosos en los que haya estado, no tanto las "ciudades", que yo llamaría pueblos, como su naturaleza. Aquí os dejo algunas fotos para que podáis haceros a la idea.
Sobre
las fotos, sí, eso es nieve. Sí, son fotos recientes, de la semana pasada. Sí,
ya sé que estamos casi en mayo. Estonia es así.
Preciosos paisajes, terrible tiempo. La primavera ni está ni se le
espera. Ayer me he levantado con unos agradables -1 grados y hoy está nevando
de nuevo. Hace sol de vez en cuando, pero el frío y el viento lo enmascaran
perfectamente para hacernos sentir que vivimos en Narnia.
La dueña del cortijo, había estado un mes de vacaciones en Tailandia y nos trajo como regalo, un montón de caracolas y conchas. A los niños, les encantaron y se pasaron todo el día jugando on ellas. En un momento dado, yo cogí una enorme que nos trajo y me la puse en la oreja para "escuchar el mar". Los niños, como es normal, siempre están atentos a lo que hacemos los adultos, son muy curiosos, y siempre quieren saber el por qué de todo, así que Darina, de 5 años, vino corriendo a interesarse por lo que yo estaba haciendo. Una de las muchas normas de mi escuela es dejar que los niños experimenten por ellos mismos todo y evitar, en todo lo posible, que nuestras opiniones, puntos de vista, formas de hacer las cosas, sean impuestas sobre ellos. Por ese motivo, simplemente le indiqué que se pusiera la caracola en la oreja y me dijera qué sonido escuchaba. Instantáneamente, se puso a gritar de emoción y le pregunté que qué sonido escuchaba, y ella me dijo: ¡EL VÁTER!
Nuevo
día en el colegio Montessori. Todas las mañanas comenzamos la jornada
sentandonos todos en corro y charlando un pco sobre nuestras vidas fuera del
colegio, en un intento de crear un ambiente lo más familiar y con mayor
confianza para los niños. Esa mañana, una de las profesoras titulares,
Svetlana, decidió que hablaramos de nuestras familias. Uno por uno, iban
contando cosas como cuántos miembros son, en qué trabajan sus padres... Al
rato, la profesora comenzó a hacerles diferentes preguntas, una de ella fue
cómo era su nombre completo. La tradición rusa estipula que el nombre completo
de una persona está formado primero por su nombre, después el nombre del padre
con el sufijo -ich si es niño u -ova si es niña, y a continuación el apellido
del padre. Por ejemplo, en mi clase, está Emil. Su padre se llama Peeter y su
apellido es Kaliniak, el nombre completo entonces es Emil Petrovich Kaliniak.
Para formar este nombre, uno por uno, Svetlana les preguntó el nombre de sus
padres y todos iban contestando hasta que le llegó el turno a Zubieir. Zubieir
no contestaba a la pregunta y Sveta se la repitió. El niño primero dijo que su
padre se llamaba "papá" y la profesora le explicó que sí, es su papá pero que
también tiene un nombre, a lo que entonces Zubieir dijo que no sabía cómo se
llamaban sus padres. La ronda continuó y le tocó a Erik hablar de su familia.
De nuevo, el niño contestó que su padre se llamaba "papá" y Sveta le explicó lo mismo. En esta caso,
Erik parecía no entender la explicación de Sveta y cada vez se frustraba más y
más contestando que su padre se llamaba simplemente papá, así que la profesora
terminó aceptando esto y creó su nombre de familia a partir de papá,
Papovich...
Antecedentes. La dueña del colegio es una señora llamada Larissa que da miedo. Mucho miedo. Cuando los niños se portan mal les amenazamos con llamarla y conseguimos que se calmen para el resto del día. Los profesores también la temen y cuando ella está, todos estamos en mayor tensión y presión.
Emil es
el niño de 6 años más inteligente que jamás haya conocido. Siempre tiene ideas
alucinantes en clase, escribe pequeños cuentos, dibuja cosas que me dejan sin
palabras, inventa y crea máquinas que funcionan... Su inteligencia además está
acompañada por un gran carisma. Es también gracioso, dicharachero y sin duda,
el líder de la clase. Todos se pelean siempre por estar con él. Es la estrella
del colegio, un auténtico trasto y el niño de mis ojos. Por supuesto, Emil también teme a Larissa
pero como es como un zorro, ha entendido muy tempranamente que siempre es mejor
tener el favor de Larissa que que no tenerlo y especialmente, cuando te portas
tan mal como él lo hace. Anteayer, salimos al patio y, para mi sorpresa, veo a
Emil recogiendo flores en el jardín, algo que jamás había hecho ya que prefiere
estar montando catapultas, tirando arena a los niños o pegandose con palos.
Cuando volvemos a clase, le pregunto por las flores que lleva y me dice, con
cara de pillo, que son para Larissa, algo que ya me hizo gracia. De camino a
los vestuarios, nos la encontramos y él, con todas sus buenas maneras y
encanto,
le dice que ha estado todo el recreo recogiendolas para que ella las
ponga en su despacho. Ella le responde con una amplia sonrisa y se lo agradece
muy contenta. En ese momento, Emil se gira y me dice en inglés (Larissa solo
sabe hablar ruso): You see, Aida Now, she is happy.
Y me guiña un ojo.
Lamentablemente para él, la felicidad le duró poco al ver cómo Emil había
ensuciado el suelo con tierra y le mandó limpiarlo. Lejos de desmotivarlo, me
dijo que al día siguiente le iba traer otras más grandes y bonitas.
P.D. En el último post me había marcado unos objetivos que he cumplido. He de decir que hice trampa, ¡ya sabía que los iba a cumplir!
Esta es mi última entrada en el blog. Los nueve meses han pasado muy rápido y aunque ya estoy deseando volver a casa, estoy un poco triste de que ya se haya acabado.
He aprendido mucho en estos nueve meses y he adquirido mucha experiencia. Estoy muy contenta de haber decidido hacer este voluntariado...
¡Hola de Ola!
Los últimos días en España, festival de yoga, ecstatic dance y más...
Me cogí mucho tiempo libre la semana pasada, así que no pude escribir en el blog, pero pude pasar mucho tiempo con mi hermana...