Como este mes no ha pasado nada demasiado relevante (mi vida se basa en ir al colegio y dormir en esencia) hablaré un poco del pueblo y del colegio (cosa que no he hecho hasta ahora si no me equivoco).
Eskola es un pueblecito de unos 400 habitantes pero... ¿a qué llaman pueblo aquí? Hay que entender que pueblo, tal y como lo entendemos en España, nada tiene que ver con el concepto que tienen aquí. En España un pueblo, tal y como todos lo visualizamos, serían un conjunto de casas bastante juntas, si acaso con alguna tienda, una iglesia y el bar (no nos olvidemos del bar). Pues bien, en Finlandia eso de casas unas cerca de las otras... no les va demasiado. En Eskola las casas (que a diferencia de España, no están cercadas de ninguna manera para separar cada finca) están desperdigadas por medio del bosque; esto se entiende porque Finlandia es un país enorme con una densidad de población pequeña y ¿para qué aguantar a tu vecino si tu casa puede estar a un km de la más cercana?
En Eskola no hay tienda y tenemos que desplazarnos hasta Kannus (la ciudad más cercana, aunque su concepto de ciudad es muy generoso también), que está a unos 15 km, o bien a Ylivieska (unos 30 - 40 km). Pero lo que si hay es una iglesia (pequeña y bonita, de madera pintada de amarillo). He de decir que me llama la atención la austeridad de la decoración del interior de las iglesias. Todo es sencillo y sobrio, algo que creo que encaja muy bien con el carácter finés. Pero lo que si tenemos es BAR. El Eskola-bar tiene hasta billar y todo, y hay rumores de que hasta tienen karaoke (aunque de momento solo son rumores).
El cole, Eskola-talo, como seguramente ya haya comentado previamente, está autogestionado por la comunidad y los padres y madres, y es una escuela "privada"; la posible razón por la que hay tan solo 5 alumnos matriculados en primaria. La historia es que hace años este era un colegio público, pero tras el cierre de la fábrica que "alimentaba" al pueblo, Eskola empezó a morir y el ayuntamiento de Kannus (que son los malos de la fábula) decidió cerrar la escuela. Pero los habitantes de este pueblo de cuento no se rindieron y siguieron luchando por mantener viva Eskola, y consiguieron "reabrir" el colegio de forma autónoma. De hecho, tras una larga lucha del personal del cole y la comunidad de padres y madres, todo apunta a que las cosas van a cambiar pues parece ser que de cara al curso que viene Eskola-talo volverá a ser un "colegio de verdad" como dicen por aquí y volverá a ser una escuela pública gracias a un programa que se va a implantar (y sobre el que no sé mucho todavía) y que viene desde Helsinki.
Y hasta aquí mi crónica de este mes; espero que no os parezca demasiado aburrida. La verdad que a mí me tiene fascinada cómo esta gente ha conseguido tantas cosas por su cuenta cuando tenían todo en contra. Es un poco la historia de David y Goliat, y Eskola ha derrotado al gigante.
Abrazos desde mi pueblo, cada vez más, de cuento... Hasta el mes que viene!!
Noelia.
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