Europa

¡Muy buenas!

Ya hacía mucho que no me pasaba por aquí, al estar de vacaciones ya se sabe que uno pierde el hilo de todo...Así que voy a resumir bastante estos dos meses para no ser pesadina :D

El mes de Diciembre fue bastante tranquilito, empezó a hacer frío del bueno, y yo empecé a contar los días que quedaban para navidades, que ya iba habiendo ganas de buen comer y de calorcito (sí, Asturias comparado con Eslovaquia es como irse a pasar la Navidad a Canarias)

A principios de mes me fui de fin de semana con otras tres voluntarias a Budapest, y qué deciros, la verdad es que es una ciudad bonita como pocas, y aunque estuvimos al borde de la congelación, resultó ser un finde muy aprovechado, visitamos casi todos los imprescindibles, probamos las delicias locales y hasta nos sobró tiempo y energía para salir a tomar unas cervezas de noche.

Justo antes de la vacaciones y para despedirnos temporalmente de nuestra querida Bratis tuvimos la fiesta de Navidad y celebramos el cumple de uno de los voluntarios a nuestro estilo tradicional, la familia reunida fartando tarta como locos :D

Las vacaciones por Oviedo pues cualquiera se puede imaginar: beber sidra, comer pescado (aquí casi no hay y lo poco que hay a precio prohibitivo), estar con la familia y los amigos, sol, terraceo... En resumen, perfecto.

La vuelta no fue tan dura como me la esperaba, gracias a estar bastante ocupada en el proyecto casi no tuve tiempo ni de darme cuenta de que había vuelto. En el proyecto sigo genial como siempre, con mis labores en la universidad y en el colegio, sin bajar el ritmo de trabajo y muy contenta con lo que estoy haciendo ¡a ver qué tal sale la segunda ronda de conferencias este semestre!

El fin de semana pasado, me fui con otras dos voluntarias a visitar la "aún más congelada si cabe" ciudad de Bucarest. Allí visitamos el parlamento más grande del mundo junto con el de Buenos aires y el de Budapest, que resulta ser el edificio más grande del mundo después del Pentágono; la casa en la que vivió Nicolae Ceausescu (me impresionó lo bonita que es) y un montón de iglesias ortodoxas entre otras cosas. La verdad que me gustó mucho la ciudad, aunque estoy segura de que la hubiéramos disfrutado bastante más sin la nieve y el frío, ya que impidieron bastante que pudiéramos patear todo.

Ya de vuelta en Bratislava y para que la cosa no decayera me fui a la ópera con unos amigos, vimos Carmen, una maravilla, y muy interesante escuchar el francés con acento eslovaco ¡jajaja!

Para febrero se prevé mucho movimiento, dos seminarios de voluntarios ¡y visitas! :D

Seguiremos informando.

Desde BratisLOVE,

Cristina.