Europa

Después de las fiestas volvimos a la vida cotidiana en Gijón. Los grupos de conversación están ahora en plena marcha, ya tenemos nuestros "clientes fijos" que vienen regularmente. Además ayudamos en los institutos con los talleres de resolución de conflictos y a partir de la próxima semana también con los de drogas.

Sin embargo a veces hay imprevistos: a mi grupo de alemán de la mañana esta semana no vino nadie. Fue el día de mi cumpleaños, y así tuve tiempo para sentarme y disfrutar de mi tarta de nata con la que me sorprendió el equipo del Conseyu. Además de la serenata obligatoria incluso había velas en forma del número 20. ¡Casi les puedo perdonar cuando dicen que soy sin embargo el pequeño de la oficina!

Por la tarde sí había gente para el alemán y pasamos una hora muy agradable charlando. Cuándo quise salir del Conseyu para volver a casa me esperaba otra sorpresa: Desde su escondrijo detrás de la esquina Sarah y Carlota me dieron una ducha de confeti y me pusieron un gran globo de helio y una insignia de cumpleaños. Así de decorado fuimos a un bar para tomar un tinto de verano y jugar al billar. Más tarde también llegaron Irina y su amigo de Rusia. Recibí muchos regalos: Otra tarta, dulces, té, un paraguas con un lema motivador, y una entrada para el Cirque du Soleil, que está desde hace unos días en Gijón ¡y vamos a ver hoy por la noche! Como teníamos hambre fuimos después a una pizzería. Fue un cumpleaños muy guay.

Os quiero también contar sobre nuestra excursión a Cudillero, un pequeño pueblo en la costa cuyo singularidad son las pequeñas casas multicolores pegadas en la montaña. Solo se pueden alcanzar a través de escaleras estrechas. Una vez llegado a la cumbre se presentaba una vista hermosa y las chicas pusieron a prueba mis nervios con sus fotos interminables. Hizo bueno y comimos en la terraza de un restaurante en la Plaza Mayor. Yo probé paté de Cabracho (un pescado) y escalopines al cabrales.

La gerente de nuestro edificio causó agitación con su anuncio de que vendría un nuevo compañero de piso para vivir con nosotros. Preparamos todo para su llegada al día siguiente, pero no llegó nadie a la hora prevista. La gerente vino una hora más tarde, pero solo para mirar la habitación libre. Resultó que no nos pudo decir cuándo o ni siquiera si vendría  alguien. Muchos esfuerzos para nada, volvimos a mover todas las cosas de vuelta a su sitio.

Ayer fuimos a comer sushi con Carlota y después fue la velada Erasmus, que siempre es divertida porque hay tanta gente hablando lenguas diferentes y a menudo cambiando el idioma en medio de frase. ¡Me gusta!

Propósitos para la semana que viene: Apuntarme a "Abierto hasta el amanecer". Es un programa de ocio que ofrece cursos y talleres bastante interesantes durante los fines de semana, ¡y además es gratuito!

Hasta luego, Hauke