Hey todos!
Esta última semana antes de volver a mi país para Navidad, no ocurrieron muchas cosas excepto que seguimos descubriendo la ciudad, que mi piso esta casi inundado con una fuga de agua y que tratamos de restablecernos de la gripe...!
Hicimos un "geocaching" en Gijón organizado por Ari y David de la asociación GeoMundo, descubrí nuevas partes de la ciudad pero he gustado más la visita comentada que hicimos ayer con un historiador. Era más dinámico y divertido. Especialmente cuando dejamos las bicicletas para subir las escaleras de la iglesia, la más pequeñita que he visto.
Este recorrido por la ciudad fue además, la oportunidad de recibir consejos de un habitante local y me enseñó por ejemplo dónde podré encontrar un buen vino tinto (Español), queso típico o el famoso turrón. Lo qué es mucho más interesante, francamente..! Ahora yo sé en qué tienda voy a comprar mis regalos para Navidad.
También os puedo contar lo qué aprendimos en esta visita: los Gijoneses se llaman "los culos moyaos" (mojados), qué gracioso.
La semana pasada, no os conté también que probamos (por fin!) la famosa Sidra de Asturias durante el Festival del Cine! Me gusta bastante, pero era en un restaurante general y quiero probar en una Sidrería. Nota para 2017*
Claro, la excursión Gijonesa fue la ocasión de comer, una vez más. Con los consejos de nuestro guía probamos los carbayones (dulces con mucho azúcar pero muy ricos!). ver la foto abajo.
Lo qué no voy a olvidar es cuándo fuimos en bici hasta la parte superior de la ciudad y su MARAVILLOSA obra arquitectónica: El Elogio del Horizonte de Eduardo Chillida. Un promontorio artístico que no se parece a nada excepto una torre muy origínal de 10 metros de altura, en hormigón armado. Estupendo.
Antes de descubrir esta escultura de 1990, mi lugar favorito era las rocas frente al mar Cantábrico, cerca de la Iglesia San Pedro donde fui este finde para relajarme, meditar y ver la puesta del sol.