Mi tercer mes en Génova empezó de una muy buena manera, unos cuantos voluntarios europeos (esos que había conocido en Roma) nos juntamos para celebrar Halloween.
Dos semanas después fue mi cumpleaños así que como no podía ser de otro modo toco fiesta.
Además tuve visita de mis padres lo cual fue genial y aproveche para conocer un poco más de Génova. Génova es una ciudad perfecta para vivir en la que cada día descubro algo nuevo.
La semana pasada toco Polonia, que fui a visitar a una amiga que está viviendo allí. Así que fue un mes bastante movidito.
Pero además de viajes y fiesta, toca trabajar y cada vez estoy más cómoda y contenta en el proyecto con los niños.
Mi voluntariado es en el norte de elamania en una escuela para niños especiales, en edades entre 7 y 18 años. Los primeros días estaba un poco confundida a cerca de los trenes que debía tomar para poder ir a la escuela...
Noruega es el país de los cielos infinitos, el verde en los bosques y las postales de retina. Una sociedad atípica, diferente, del compromiso y responsabilidad y la prudencia en...