Escribo estas líneas desde la capital eslovaca un mes después del comienzo de mi voluntariado. Me llamo Paula y soy de Galicia. Tan pronto terminé el bachillerato, con mis 18 años recién cumplidos me armé de valor, me hice las maletas y me uní a este gran proyecto. Sabía que sería duro, que estaría muy lejos de mi casa y que tendría que enfrentarme a un mundo nuevo. Pero también sabía que valdría la pena. Y no me equivoqué.
Llevo tan solo un mes aquí, pero ya puedo afirmar que fue la mejor decisión que tomé en mi vida.
Los primeros días son muy raros: te sientes desubicado, no entiendes el idioma de la gente que te rodea ni tampoco sus costumbres. Pero eso dura poco, en serio.
La ciudad es preciosa, está llena de vida y mucha cultura. Se juntan un montón de calles, lo que hace muy difícil no perderse en las primeras semanas, pero todo se arregla con ingenio y Google Maps jajajaja.
Mi mayor suerte fue que me tocó compartir piso con unas personas maravillosas, como si fueran hechas a mi medida. Lo hacemos todo juntos y estamos creando una muy buena familia.
Nuestras últimas aventuras fueron una escapadita a Viena, en la que descubrí una ciudad encantadora (aunque muy cara, todo hay que decirlo) donde imperaban la música clásica, las iglesias y los museos además de grandes edificios y jardines.
Y también un viaje muy especial a las ruinas del castillo de Devin, a unos pocos kilómetros de Bratislava. Recomiendo este lugar a todos los amantes de la historia y la naturaleza.
Y esto es todo de momento, amigos. Tendréis más noticias de mí en próximos posts si consigo sobrevivir a la vida eslovaca jeje.
¡HASTA PRONTO!
Este mes escribo con retraso ya que hemos tenido problemas con el internet y además tuve COVID, pero eso os lo contaré en la próxima entrada. A principios de mayo fuimos a Saint Paul de Vence, una villa que esta como a media hora de donde vivimos. Es un sitio muy turístico lleno de galerías de arte, tiendas de souvenirs, bares, restaurantes y, como no pueden faltar, creperías y...
¡¡Bueeenas!! Ya estamos en junio, a menos de un mes de acabar mi voluntariado y me da mucha pena... aunque también tengo muchas ganas de volver a casa y encontrarme con los míos :)