Europa

Hace una semana aproximadamente desde que se cumpliera mi tercer mes en este pequeño archipiélago del Mediterráneo y cada día que pasa me encuentro más y más cómodo en mi apartamento compartido en Marsaskala.

Cuando llegué aquí compartía piso con una chica austriaca y otra irlandesa, ahora hace más de un mes que la primera se marchó y estoy esperando a la nueva voluntaria que por lo que se es de Sevilla; me siento muy afortunado de haber llegado a este apartamento porque creo que sería imposible tener una compañera mejor que Beata (chica irlandesa) ya que ha sido y es una gran guía durante mis primeros meses de aventura en Inspire.

Mi trabajo en Inspire es de lo más variado por lo que es imposible aburrirse aquí, he estado trabajando en el programa STEP que dedica  3 horas diarias (una en la piscina, otra en el "soft room" y una más en el aula de manualidades) a trabajar con niños y niñas con autismo; también he participado en el programa PACES que se dedica a dar clases de habilidades sociales a personas con Síndrome de Down  de edades más avanzadas. Aunque esto no es ni mucho menos lo único que hago en esta organización, también hago labores para recaudar fondos con el resto de voluntarios como lavado de coches, recaudar dinero durante todo tipo de eventos, trabajar en la "charity shop" y colaborar en el cuidado de los caballos y sus cuadras.

Dejando un poco de lado el trabajo también he tenido la oportunidad de visitar las islas de Gozo y Comino que, en mi opinión, si vas a Malta son lugares que estás obligado a visitar. Hace dos semanas acampé con el resto de voluntarios en la isla de Comino y es una experiencia que nunca olvidaré.

Por lo general mi estancia en Malta está marchando a la perfección y espero que todo siga yendo así de bien porque por ahora solo cumplí un cuarto del tiempo que me queda aquí.