Europa

Como ya conté, a finales de julio me fui a Split para hacer el midterm training, con otros voluntarios, y me lo pasé pipa.

Desde ahí inicié mi ruta, primero hacia Kotor en Montenegro -la hostia-y luego me dirigí a la capital, Podgorica (las malas lenguas tienen razón, no es demasiado fotogénica, digamos) desde donde cogí un autobus hacia Pristina, Kosovo, para hacer mi visita separatista de turno. En Pristina me alojé en un hostal donde en seguida hice muchas amistades. El segundo día hicimos un tour político en un par de pueblos (repasando de primera mano el conflicto entre albaneses y serbios), luego nos bañamos en un lago rodeado de vacas, basura y caravanas (la perfecta postal balcánica) y rematamos la noche en un festival de documentales en la bonita y tremendamente otomana Prizren. Después del documental asistimos al concierto de Omar Souleyman, un hilarante personaje sirio, que canta en instrumentales de música árabe electrónica. Sin duda fue el mejor día de mi viaje.

Y claro, luego tuvo que venir el peor. Me costó mucho despedirme de ese hostal pero decidí tirar pa Skopje, en Macedonia. El cielo ya se veía gris y enfermo en Pristina, pero lo ignoré. Grave error. Empezó una gran tormenta que dejó una veintena de muertos y el estado de emergencia en Macedonia. Incluso mi madre supo sobre la inundación asesina. Y yo ignorandolo, me encontraba atrapado con ese joven anfitrión, aburrido y sin nada a hacer.

Cuando al fin me disponía a huir de Skopje, me di cuenta que había perdido mi tarjeta de credito. Por suerte tenia suficiente efectivo para llegar hasta Dubrovnik (sudando por cada centavo) dónde me encontraría con mis amigos de Barcelona. Así que dejé Skopje con lágrimas. Si de alegría o tristeza, ya te lo puedes imaginar tú.

Después de visitar el lago Ohrid, fui a Tirana donde pude conocer un poco mejor la interesante historia de Albania y desde ahí por fin me dirigí hacia Dubrovnik (parando por Kotor otra vez y merecidamente). En Dubrovnik vi a mis amigos de infancia tras 6 meses viviendo en Croácia. Los pobres tuvieron que hacerme de banco, pero lo pasamos muy bien, como si el tiempo nunca pasara para nosotros. De ahí, fuimos en ferry hacia Split, cruzando las inumerables islitas croatas y el dia siguiente ya nos tuvimos que despedir.

 

Ahora mi piso parece un hostal, hospedando constantemente a gente, pero hace más divertido el fin de verano. En cuanto la vuelta al trabajo, ha sido suave. Mi última tarea ha sido hacer un spot publicitario para promocionar un evento de deportes y entretenimiento en la montaña de Platak. ¡El anuncio lo pondrán en el canal televisivo Kanal RI hasta el 11 de setiembre!

 https://www.youtube.com/watch?v=9ZOpDKcdg2U

Recomiendo a todo el mundo que pierda el miedo y se aventure a marcharse de ruta sola/o alguna vez. De hecho, lo de estar solo es un eufemismo.

Del viaje,  sin duda me quedo con las innumerables personas que conocí.