Europa

Una de las cosas que más me han gustado siempre de vivir en lugares diferentes a los de mi origen es conocer de primera manos las distintas fiestas y celebraciones, que cambian con cada cultura. En Galicia, en Barcelona...y ahora en Irlanda. El pasado 17 ha sido St. Patrick's Day, el día de San Patricio, y es la fiesta nacional del país. Además de la mitología que rodea al obispo que cristianizó la isla y echó a las serpientes, hay toda una serie de particularidades en esta fiesta que la han convertido en un referente mundial. El color verde, los shamrocks (tréboles), los sombreros de leprechaun...Seguro que todo os suena, así como un gran desfile de impresionantes dimensiones, que sale cada año en la tele.

Bueno, pues ese es el Nueva York. El de Dublín es más bien tirando a América en Asturias, en cuanto a tamaño y nivel de ambición (y no lo digo para desmerecer al nuestro)

Haber había un millón de personas entre turistas y curiosos, pero a mi juicio el desfile en sí mismo no lo justifica. Además tengo que decir que gaiteros debí de ver media docena como mucho, y poco o nada de la mitología relacionada con este día. La temática era futurista. Con lo cual pues me lleve un pequeño chasco. El Día de San Patricio consiste, básicamente, en ir los pubs tan pronto termina el desfile a las tres de la tarde, y hasta que el cuerpo aguante. Dos horas más tarde, Temple Bar está peor que Ribadesella en Piraguas.  Aunque hay un festival desde hace unos años que programa conciertos, actividades...durante cuatro días de esa semana...al final se ve que aún no ha acabado de cuajar y reemplazar el corazón de la fiesta, que es el craic, y el exceso de alcohol. Policía controlando el acceso a los bares para que nadie entrara con botellón, empujones, suciedad...la típica noche en la que una retirada a tiempo es una victoria. Es más, me lo pase casi mejor en los días siguientes, asistiendo a conciertos de rock indie en gaélico, el Big Day Out -un picnic gigante en Merrion Square con food trucks, temática de Easter con huevitos, conejos y pollitos- que la noche de San Patricio. Pero ojo, que las horas que pasamos festejando, estuvieron bien aprovechadas, y a  las fotos me remito.

En la línea de planes diurnos, no me puedo quejar tampoco ya que esto está lleno de mercadillos espontáneos, charity shops, exposiciones de fotografía, venta de ropa al kilo para ir a revolver, acorde al presupuesto del EVS... Y si te organizas bien hay muchas cosas que puedes hacer además de maltratar tu hígado a precio de elixir de oro.

Y luego están las visitas que se esmeran en ser buenos invitados y te llevan a desayunar Banoffee Pancakes como una marquesa...Dublín está lleno de locales gastronómicos que se esfuerzan por no dejar tendencia alimentaria sin cubrir, desde la paleodieta a la fusión peruana pasando por lo vegano. En este caso, tortitas con plátano y caramelo, que no encaja en ninguna de las categorías mencionadas, que se le va a hacer...

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