Europa

Esta semana representa algunas "primeras veces" para mí: la primera vez en España, la primera vez que vivo en el extranjero y la primera vez que sentí una temperatura agradable en febrero. Entre las demás "primeras veces" están las enormes comidas de cuatro platos, la sidra asturiana y el inolvidable carnaval en Avilés y en Gijón. Ha sido una estupenda primera semana, en la que me he sentido, a la vez, un poco perdido y muy excitado por las nuevas experiencias.

Yo no sabía qué esperar cuando salí de Glasgow en una típica fría mañana de domingo para un largo viaje antes de llegar a Oviedo a la mañana siguiente con la sensación, claro, de estar absolutamente perdido. Ana y João, los actuales voluntarios, habían compilado un kit de informaciones muy útiles en el que me habían detallado algunos aspectos sobre la vida en Gijón, la cultura y el trabajo que me había dado una primera impresión de lo que nos esperaba. Conocerles a ellos, a Nanús y a Carolina personalmente por primera vez fue raro tras tanta comunicación a través de email. Esperaba que la adaptación a la vida cotidiana en un nuevo país fuera mucho más difícil de lo que, al final, fue. Esto se debió a la solidaridad y a la efusión de todos aquí en Gijón. ¡Tuvimos ayuda con todo desde el alojamiento hasta el teléfono móvil, una cuenta bancaria española, e incluso limpiando mi nuevo piso!

Ya me siento como en casa tras una semana y eso se debe sobre todo a Ana y a João que han estado siempre dispuestos y con planes entretenidos. Hemos estado ocupados con actividades divertidas todos los días, desde jugar a las cartas hasta disfrazarnos para el carnaval, un paseo en bici junto al mar, una subida al Cerro de Santa Catalina y probar la sidra asturiana. Otra "primera vez" para mí fue disfrazarme de Geisha, lo que no era una de mis expectativas cuando vine a España. El Carnaval fue una espectacular muestra de disfraces y desfiles, de música, de baile y, en el caso de Avilés, de espuma.

Mi primera impresión de la ciudad fue que este es un lugar muy hermoso y esto, creo, sólo va a mejorar a lo largo del tiempo. La playa natural enmarca un largo tramo de la ciudad y ¡no puedo imaginar que esto empeore en el verano! El casco viejo de la ciudad, con sus soportales en piedra, arquitectura elegante y calles adoquinadas es también evidentemente precioso. El resto de la ciudad, que yo he visitado, tiene también su propio encanto. El área donde vivimos tiene todo lo que necesito y aún más, incluso un gran parque con asombrosas vistas sobre la ciudad en todas las direcciones. Hay también perros, muchos perros. Esta fue también una impresión impredecible pero, ya que soy una persona de perros, esto sólo mejora la ciudad.

Teniendo en cuenta todos los consejos sobre el invierno terriblemente húmedo y lluvioso de Asturias, el tiempo no ha estado malo esta semana. Hemos tenido alguna lluvia a la que pude adaptarme sin mucha dificultad debido al clima escocés. Pero hace mucho más calor aquí, sorprendentemente, que en Glasgow. ¡Un día de esta semana hacían 23 grados! La semana anterior había nevado en Escocia, así que esta adaptación no costó mucho trabajo.

Hay mucho que aprender. Casi una cantidad intimidante de aprendizajes pero vine aquí para afrontar desafíos y para sentirme perdido a la vez que conozco nuevas personas y lo paso bien en un nuevo lugar. He sobrepasado claramente estas expectativas hasta ahora. Tengo ahora que llegar a familiarizarme con la lengua. Afortunadamente, a medida que los meses van a trascurrir, esto va a mejorar. Aprender una lengua es una de las razones por las que quería hacer mi SVE y esto representa el mayor desafío que tengo delante. ¡Tanto ha ya pasado y hay tanto qué esperar!