Europa

7. Siempre nos quedará Helsinki...

Heippa! Como podéis ver el diario de la reina del hielo se abre de nuevo. La aventura continúa y son muchas las cosas que aún me quedan por contar. Mi vida ha dado un cambio radical desde mi aterrizaje en Finlandia. Todo es un reto, un aprendizaje en estado puro y a todos los niveles. Cada día que pasa experiencias nuevas te sorprenden, algo que no esperabas sucede por casualidad o simplemente las cosas más sencillas y cotidianas que nunca te habías parado a pensar resultan ser completamente diferentes en otras culturas y países. Y que queréis que os diga a mi todo lo que sea romper con la rutina y regalarme sorpresas... ¡Me encanta!

Son muchos los temas que me están rondando por la cabeza y sinceramente no tengo ni la menor idea sobre qué voy a escribir... Podría hablar sobre cómo van las cosas por el "repueblo" o bien mencionar los cambios tan locos de temperatura que estamos viviendo. Y es que tan pronto estamos "cubitos" a -30 como pasamos la franja del 0 y nos colocamos en +1. ¡creedme te llegas a sentir casi como en verano!

No os podéis ni imaginar la cantidad de planes que se pueden hacer al aire libre cuando la rayita del termómetro está en positivo y no muchos grados bajo cero.

Pero no, esta vez los tiros no van a ir por ahí... Hace ya algún tiempo que no nos tomamos un respiro y nos escapamos a descubrir un rinconcito de Finlandia, ¡así que vamos a ello!

Como bien aparece en el título de esta entrada, por fin me he dignado a hacer un stop e irme a descubrir la increíble CAPITAL del reino del hielo, así que sin más... ¡NOS VAMOS A HELSINKI!

Y como todo tiene su principio, esta escapada comenzó con el mid term training celebrado en Sopukka, un pueblecito justo al lado de Helsinki. Fueron tres días increíbles donde pude volver a reunirme con los demás voluntarios que como yo, andan también perdidos por este país.

Los que viven cerca de Laponia, al lado de Helsinki, los del centro, los que trabajan con jóvenes, con niños, en temas de medio ambiente... Todos y cada uno estábamos allí dispuestos no solo a ponernos al día sobre como están progresando nuestros proyectos, si no totalmente entregados a la causa de deslizarnos con trineos durante horas y horas como si de golpe y porrazo hubiésemos retrocedido 20 años y perdido la poca vergüenza que nos quedaba.

Aunque sin lugar a dudas, la guinda del pastel fue experimentar una de las más maravillosas costumbres finlandesas. Sí, estoy hablando de la casi muerte por exceso de sauna con su obligatorio revolcón en la nieve. ¡Toda una experiencia!

Volver a reencontrarme con ellos ha significado una carga completa de energía. Eran tantas las cosas que contarnos, descubrir si habíamos sido capaces de conseguir los propósitos y planes que acordamos en el primer encuentro allá por septiembre, la necesidad de programar próximos viajes por distintas ciudades... En fin, meses y meses resumidos en solo tres días, pero que sin lugar a dudas ha merecido muchísimo la pena.

Meetings como estos hacen que en cierto modo estos proyectos cobren sentido. Conocer a gente de mil países con culturas completamente diferentes a la tuya, una forma de vida que no se asemeja en nada a lo que estás acostumbrado o con unos planes e ideas que puede que no compartas, pero que sin embargo las ganas y la necesidad de vivir una aventura como ésta haya hecho que estemos en el mismo lugar, compartiendo en cierto modo la misma experiencia.  Por eso, solo por eso, haber  "abandonado" mi vida por un año e involucrarme en este proyecto puede que sea una de las mejores decisiones que haya tomado hasta ahora.

Pero dejando a un lado mi vena más sentimental, vamos a centrarnos en el objetivo de este capítulo, Helsinki.

¡MARAVILLOSA!, ese es el único adjetivo que se me ocurre para describir esta ciudad. Cada rinconcito tiene algo especial, calles que acogen tiendas de lo más glamurous, mil cafeterías con estilo bohemio donde disfrutar de un café y una kanelipulla.

Karaokes, karaokes y más karaokes donde desgañitarte cantando los éxitos finlandeses más hit del momento y por supuesto mil monumentos, catedrales y un maravilloso puerto que le da un encanto especial a esta ciudad.

Creo que no pude tener más suerte y es que justo dos días antes de poner un pie en Helsinki cayó la gran nevada del siglo y la capital completamente llena de nieve, lucía más bonita que nunca. El mar estaba completamente congelado y siguiendo la regla del "sí a todo" me atreví a dar mis primeros pasos. ¡Ahora ya si que puedo decir que he caminado sobre el mar!

Mis planes, escapadas y nuevos proyectos asoman la cabeza. Esta aventura es un "non stop" y no pienso desperdiciar ninguna oportunidad que se me brinde.

Como bien me dijeron dos de mis mejores amigas antes de comenzar esta aventura "las cosas buenas pasan a quienes las esperan, las mejores a quienes van a por ellas".