Familia y manualidades
Igual estáis pensando que vaya título más raro le he puesto a esta entrada en el blog, pero son las palabras que mejor resumen estas dos semanas. Han sido tranquilas, como siempre.
Para empezar, el 8 de noviembre fue el día del padre. Realizamos los regalos correspondientes en la guardería (unas pequeñas camisas de cartulina decoradas). Además la señora con la que vivimos me invitó a celebrar con su familia dicho día. Hijos e hijas, nietos y nietas, todo el mundo se acercó a felicitar al abuelo (el padre de la señora). Al principio me resultó un poco violenta la idea de ir. En mi familia no solemos hacer muchas reuniones familiares y menos ir a la de otra gente, pero me recordé a mi misma que he venido aquí a salir de mi zona de confort. Por supuesto, todo el mundo fue muy amable. Es interesante observar las diferencias culturales que existen, será por que siempre me ha gustado la antropología.
Sobre las manualidades... A principios de mes Olaya y yo hicimos un árbol de otoño con los y las peques (de forma colaborativa).
Desde entonces no hemos parado de pintar, cortar y pegar... Ya estamos completamente sumergidas en la Navidad: postales, adornos y sobretodo un precioso árbol hecho a base de siluetas de manos en el que hemos participado todas las personas de la guardería y el colegio. Esto último fue idea de Olaya, ya que como profesora de lenta de signos ya tenía experiencia haciendo uno.
Además de todo esto, los miércoles impartimos las clases de español. Ayer desarrollamos la tercera sesión. Desde la semana pasada decidimos repartir al alumnado en dos grupos para facilitar la participación (son 20 personas), porque tienen diferentes niveles (algunas ya hablan un poco de español) y las edades van desde los 10 a los 70 años. ¡Todo un reto! Aún así, me resulta muy satisfactorio hacerlo. Desde la programación de actividades hasta el desarrollo de las mismas.
Siento deciros que, aunque ya vimos nuestra primera nevada, ésta no cuajó, por lo que aún no os puedo ofrecer una foto invernal.
Eso es todo por ahora. ¡Nos leemos!
Este fin de semana me escapé a Francia, después de un mes y medio sin ver a mi familia.
Después de un viaje largo (7 horas de bus y luego 3 horas de coche desde San Sebastián), finalmente llegué a Burdeos el 31 de octubre, justo para celebrar Halloween. Ya sabía que Halloween en Burdeos no era la gran cosa, pero igual me emocioné y decidí disfrazarme de una bola disco!