Buenas, ¿Qué tal? Parece que era ayer cuando escribí el primer artículo para CMX y dentro de poco haré cuatro meses en Polonia. La verdad es que ahora mismo me siento muy cómodo viviendo en Varsovia y estos días de Navidad pasados en casa se echaba de menos estar en la capital polaca. A pesar de la mala fama de Polonia, de momento pocos días he tenido la sensación de que no era buen día para salir de casa por las condiciones climáticas, además como buen soriano, el frío no es problema para mí. Como les digo a mis amigos polacos aunque no se lo crean, mi ciudad española también es fría y nieva como aquí. 

Durante este tiempo pasado desde mi primer artículo he aprovechado para conocer a fondo la ciudad. He conocido diferentes parajes y lugares que me atraían por diferentes motivos, ya sean históricos o por su belleza. Puedo citar como los sitios que más me han gustado el Palacio de Wilanow, el Parque Real  Łazienki y el Muzeum Powstania Warszawskiego (Museo del Alzamiento). Todo esto me ha hecho cerciorarme de que los polacos son un pueblo que ha sufrido mucho, pero aunque no lo olviden y lo tengan muy presente, han sabido seguir adelante y ser hoy en día un pueblo adaptado a la época.