Y aunque parezca mentira, el día de despedidas y abrazos llegó, y
mi voluntariado se acabó. Nueve meses en Lituania, en el Jardín
Botánico de Kaunas, que se pasaron volando y me aportaron muchas
experiencias.Pude descubrir un país que nadie sabe dónde está, y también
pude conocer gente de todo tipo. Todos con sus virtudes y
manías, exactamente igual que yo.
Ese último día fue muy especial para
mi porque pude ver en los ojos de los demás lo que me querían, y cuánto de
agradecidos estaban por haberme conocido y por haber compartido muchos
momentos juntos. A todos ellos les doy las gracias y les animo a seguir
recibiendo voluntarios europeos. Fue muy emotivo recibir un regalo
inesperado, con una dedicatoria tan bonita. Por eso me gustaría compartirla con vosotros aquí.
Cuando me subí al avión rumbo a España, me acomodé
en el asiento con un sabor de boca maravilloso. ¡Que grande eres Lituania!.
Un país pequeño al que aún le queda mucho por delante, y que se enorgullece
de ser europeo.
Ayer di un paseo por los alrededores de Los Pericones
con mi amiga Laura, que también fue voluntaria. Que buena temperatura hay en
Gijón.
Y pensar que en Kaunas los termómetros ya marcaban negativo.
Caminamos y nos pusimos al día (creo que se me secó la lengua de tanto
hablar). Llegamos a la conclusión de que es muy importante escoger un
proyecto que te guste, que te aporte a tu vida. Por eso, a todos aquellos
que estáis pensando en ser voluntarios, olvidad escoger por países
y estereotipos, buscad proyectos que realmente os llenen.
Utilizad Internet y los mapas para buscar dónde viviréis, porque es
muy
importante ser realista. Igual no pintas nada en un pueblo diminuto
en medio del bosque.
Eso es todo. Ha sido un placer.
Lunes 13 de Enero de 2014
Entrada de: T. Montes