Esperaba el primer día de intercambio con nervios. Llavaba más de 2 años sin poder participar en uno, y no sabía como iba a ser esta nueva experiencia, cómo sería la gente, como estaría mi inglés...era una sensación agradable, pues en estos casos la gente acostumbra a ser muy extrovertida y sociable.
Llegó el momento, y me tocó ir hasta donde se alojaron la primera noche para recogerlos, sin conocerlos, sin saber como eran o como se llamaban. En cuanto entré en la calle vi a lo lejos un grupo numeroso, y no parecían de Gijón precisamente, de hecho recuerdo a uno de ellos con una cámara réflex haciéndole fotos a todo lo que veía. Me presente, se presentaron y nos fuimos caminando hacia el CMX, el lugar donde se llevarían a cabo la mayoría de las actividades del intercambio. Por el camino me dio tiempo a ir hablando con varios de los participantes: rusos, chipriotas, palestinas, polacas, italianos, macedonios y croatas. La verdad es que formaban un grupo muy peculiar, con un montón de nacionalidades, me resultaba interesante intentar hablar un poco con cada uno para saber como eran y como tratarlos posteriormente.16 al 22 de Julio de 2012.
La hora de la comida fue de lo más divertido del día. Casualmente había ensaladilla rusa para comer, y les explicábamos al resto que la llamábamos así. Resulta que los rusos no tenían ni idea de lo que era, los italianos la llamaban ensalada española, y los macedonios alegaban que era invención suya y debería llamarse ensaladilla macedonia. Ahí empezó otra discusión sobre la macedonia en sí, que resultó ser un plato muy típico de Macedonia (por fin un nombre de comida que tenía sentido en toda la conversación). Pero no acabó el debate, la tortilla francesa entró en escena, y esta vez al fin, la mayoría de los países presentes la llamaba igual, una verdadera lástima no haber tenido un francés o una francesa en la mesa en ese momento para que nos dijera algo al respecto.
Primero estuvo el grupo de salud del CMPA con unas dinámicas visuales, donde había un montón de fotografías relacionadas de algún modo con la sexualidad, de las que teníamos que coger cada uno 3 que nos gustaran y 3 que nos desagradaran. A lo largo de la actividad se habló de las diferentes perspectivas de las imágenes dependiendo quien las viese, así como la diferencia de gustos entre unos y otros.
La asociación Xega Xoven también nos visitó, para explicarnos quienes eran y como desde la asociación luchan por los derechos y la igualdad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Además nos explicaron las diferentes relaciones que existen más allá de la tradicional pareja, algo de lo que la inmensa mayoría de los presentes no teníamos ni idea o ni siquiera sabíamos que había gente que vivía de esa manera. Fue realmente impactante.
Además de las diferentes asociaciones que vinieron a hacer sus actividades, durante las mañanas, los propios participantes debían hacer una pequeña explicación sobre la entidad de la que venían, que papel tenía cada uno dentro de ella, y cómo era el lugar. En este aspecto me resultó increíble la labor que hacían las palestinas, que se encargaban de intentar ayudar a chicas y mujeres palestinas, tratando de luchar por sus derechos y por la igualdad en el país. Ver las historias por televisión es una cosa, pero que dos personas que se dedican a ello te lo cuenten con detalle es increíble, y más teniendo en cuenta que venían de un país donde a las mujeres se les trata como se les trata, sin respeto y sin derecho alguno.
Algo que nunca falta en este tipo de eventos, es la noche intercultural. Una noche donde cada país prepara platos típicos de su país o región para cenar todos en común. Es una noche muy interesante, porque durante los días, lo que más acabas conociendo son al resto de participantes, pero no su cultura en concreto, y esta noche sirve para eso, porque mediante la comida, al preguntar sobre ella, acabas sabiendo muchas cosas de la cultura del país.