R. GARCÍA Dos de las organizaciones ciudadanas que más críticas fueron en su día con la aprobación de la ordenanza de convivencia cívica en la que se recoge la prohibición de consumir alcohol en la vía pública -el Conseyu de la Mocedá y la Federación de Vecinos- volvieron a cargar ayer contra la nueva normativa, tras conocer la petición de los hosteleros locales de que se haga una excepción a las restricciones durante la celebración de la fiesta de Nochevieja que estos empresarios organizan en la plaza Mayor. "Los hosteleros van a tener permiso porque ya lo tuvieron durante la celebración del Festival de la Sidra y el de la Cerveza, de eso no tienen que tener duda, pero con esto se demuestra cómo cuando hay negocio no hay normas y la ley no es igual para todos", argumentaba Javier Suárez Llana, presidente de la federación de asociaciones juveniles.
En la exposición de motivos con la que se justificó la aprobación de la ordenanza de convivencia se recogía la necesidad de proteger a los jóvenes del consumo de alcohol, un argumento que ahora para Suárez Llana carece de sentido. "Nos preguntamos dónde quedan todas esas ideas. Sólo importa el "botellón" cuando lo hace gente que se reúne sin molestar a nadie y a los que se sanciona con 100 euros de multa. Cuando es un negocio, no sólo no se sanciona sino que además se dan los permisos más rápidamente y se aporta un desembolso municipal", afirmaba el presidente del Conseyu, en referencia a los gastos que el gobierno local asume en la celebración de Nochevieja en lo que tiene que ver con limpieza y seguridad. Precisamente fue el coste de esta celebración -presupuestada en 13.000 euros cuando era impulsada por el Ayuntamiento- el que llevó a Foro Asturias a dejar esta fiesta en manos privadas pocos meses después de su llegada a la Alcaldía.
Pero no sólo los jóvenes se muestran contrarios a estas "excepciones a la norma" aplicadas por el Consistorio. De autorizarse de nuevo la fiesta de Nochevieja, para la que ya se han pedido los correspondientes permisos, los vecinos aseguran que se volvería a fomentar la desigualdad. "Ya son muchos los casos en los que se aplica la norma. Es cierto que nosotros la criticamos en su día, pero si se aprueba una ordenanza es para que la cumpla todo el mundo. La aplican a su gusto", razonaba ayer, tras conocer la noticia de la fiesta de despedida del año, Tita Caravera, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón. "Además", añadía la líder vecinal, "hay que tener en cuenta que en este tipo de casos la gente no bebe sólo en el recinto habilitado, la ciudad se llena entonces de personas consumiendo alcohol", concluía.
Los hosteleros de la plaza Mayor esperan recibir en los próximos días una respuesta afirmativa a su nueva propuesta de celebración para poder comenzar las contrataciones necesarias para la organización del evento. Estos empresarios se basan precisamente en las excepciones a la ordenanza antibotellón que se permitieron, por ejemplo, en el Festival de la Sidra para dar validez a sus peticiones. La decisión del gobierno local en este sentido podría llegar en los próximos días.