Afirman que «no es un turismo de calidad» y defienden que se actúe contra quienes cometan excesos lejos de su ciudad y provoquen altercados
Hosteleros y vecinos, que habitualmente mantienen posturas irreconciliables sobre los asuntos que tienen que ver con el ocio nocturno gijonés, coinciden en esta ocasión en apoyar que se actúe «con mano dura» con los grupos de despedida de soltero que cometan excesos lejos de sus ciudades y provoquen altercados por el abuso de alcohol.
El vicepresidente de la Asociación de Hostelería de Gijón y socio del Grupo Gavia, Javier Martínez, respalda la decisión del área de Seguridad Ciudadana de parar los pies a aquellos visitantes que vengan a la ciudad de fiesta pensando en que 'aquí vale todo'. Martínez, propietario de algunos de los restaurantes y pubs más punteros de la ciudad, opina abiertamente que los desplazamientos asociados a las despedidas de soltero «no son un turismo de calidad» y si bien afirma que en el momento económico actual «no se puede desechar» este tipo de demanda asociada al alcohol y al disfrute nocturno «tampoco hay por qué fomentarla».
El empresario de la noche gijonesa explica su criterio: «En nuestros locales intentamos negarles el acceso a quienes quieren entrar disfrazados con atuendos carnavalescos de despedida, para evitar molestias a nuestros clientes y altercados de personas que suelen venir pasados de copas». «Conseguir que se quiten esa vestimenta no es una cuestión sencilla, porque la verdad es que no existe cobertura legal que lo ampare», añade Martínez.
El vicepresidente de los hosteleros gijoneses y miembro de la Mesa de Turismo de Fade defiende la necesidad de mantener a raya la conducta de determinados grupos que en los últimos años «han armado auténticos espolines en algunos hoteles de la ciudad que han tenido que prohibir, incluso, el consumo de alcohol durante los desayunos».
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Zona Urbana (FAV), Tita Caravera, es partidaria de «informar primero» sobre la ordenanza cívica a todos aquellos que visiten la ciudad para que sepan a qué atenerse si no se comportan de forma adecuada. «La primera medida no tiene por qué ser la represión», señala. Pero dicho esto, la dirigente vecinal resalta que el 'turismo de borrachera y desmadre' asociado a muchas despedidas de soltero «no conviene a los vecinos ni a los hosteleros. A los vecinos, por las molestias que puede generar gente de fuera que se pasa todo el día bebiendo y pierde los papeles; y a los hosteleros, porque les ahuyenta e incordia a la clientela fiel que tienen».
Reflexión sobre los motivos
Caravera considera que este tipo de turismo «no le interesa a la imagen de Gijón, porque se nutre de personas que viven de noche y, desde luego, no visitan la ciudad para disfrutar de su paisaje y gastronomía». No obstante, también llama a la reflexión sobre los factores que han puesto tan de moda a Gijón durante los últimos años para las celebraciones nocturnas de cambios de estado civil. «Pensemos en por qué vienen tanta gente de fuera de despedida aquí y veremos que es porque los horarios de cierre de los negocios hosteleros son muy extensos», agrega.
En el extremo opuesto de hosteleros y movimiento vecinal se posiciona el presidente del Conseyu de Mocedá de Xixón, Javier Suárez, quien critica que «el Ayuntamiento sigue en el camino equivocado» con la aplicación de la ordenanza cívica, que califica de «norma 100% recaudatoria» por los 35.000 euros que suman las multas del botellón en tres meses. «No se puede regular la convivencia ciudadana sobre la base de la represión, la prohibición y, en último término, la sanción», argumenta Suárez, quien acusa al equipo de gobierno de Foro de querer «vaciar las calles de Gijón» colocando ahora a los grupos de despedida de soltero en el punto de mira de la Policía Local. En su opinión, los actuales responsables de Seguridad Ciudadana quieren implantar en Gijón «el modelo Oviedo, que es una ciudad gris y triste donde la calle está impoluta porque la gente no la usa».
Suárez se pregunta qué va a ser lo próximo en prohibiciones: «¿Acaso van a considerar también como desórdenes públicos que la gente venga aquí a divertirse disfrazada o que suelte una carcajada?».
«A más prohibiciones , peor»
Beatriz Cimadevilla, representante de Unión Hotelera del Principado y responsable del céntrico hotel San Miguel, defiende que no ha tenido malas experiencias con las despedidas en su establecimiento, donde pernoctan muchos novios con su séquito de amigos los fines de semana. «No podemos quitarlo de repente todo. La tradición del ocio en Asturias está en la calle, por eso se escancia la sidra fuera. Este verano daba pena pasarse algunos días por Cimadevilla», argumenta.
La empresaria hotelera también opina que «cuantas más prohibiciones, peor» y pone la mano en el fuego por la mayoría de los foráneos que acuden a Gijón en busca de fiesta garantizada por la mayor amplitud de los horarios de cierre de la hostelería. «A mí nunca me han causado problemas en el hotel, porque nunca he tenido chavales veinteañeros. La inmensa mayoría no viene aquí a hacer el gamberro».