Irina Martínez, descalza y con unos vaporosos pantalones verdes, se coloca en medio del patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto y adopta la forma de una Y. Marcada, captada por la cámara que tiene ante sí, para empezar el que suponía el primer maridaje entre danza y arte audiovisual que acoge Trendelenburg, el festival de artes audiovisuales gijonés, en sus cuatro años de historia.
Ella y Joan Laporta, integrantes de la compañía catalana Bàcum, traían a Gijón un fragmento de 'Pirouette en Re menor', un espectáculo que se sirve de los movimientos de Martínez, bailarina, y de una cámara Kinect (de la consola XBox), que capta posiciones en tres dimensiones, para dsarrollar toda una dramaturgia: su personaje rompe en tiempo real la red que la atrapa, o activa todo un juego de sonidos con sus manos en el aire.
Esta incorporación, extensión de las artes que se integran en Trendelenburg, suponía el ecuador de la jornada fuerte del certamen, que termina hoy, a las 13 horas, con la sesión infantil de la gijonesa Violeta Nureyev (con Carmen y Patricia Vázquez) en la sala Astragal (Avenida de la Constitución, 45).
El día había empezado a las 12.30 en Toma 3, con la 'sesión vermú' de Trendelenburg como prólogo a la intensa tarde (o epílogo a la noche previa). Amenizada por el ambiente de Logical Disorder, alias de Javier Barrero, que pinchó para jóvenes y mayores, la mañana daba paso al primer encuentro de N-E-X-O.
N-E-X-O, la plataforma de colaboración que este cuarto Trendelenburg ha auspiciado, se tradujo en una reunión entre todos los participantes, llegados desde diversos puntos del continente, para presentar no solo sus proyectos creativos, sino su experiencia en su explotación y países de origen. El resultado, como se pretendía, era descrito por los organizadores, Rodolfo Lillo y María Fernández (que integran, a su vez, el colectivo lxlxl) como «fructífero» y con la vista «puesta en Europa».
Bàcum cerraron la tarde en el Antiguo Instituto, para que luego la acción se trasladase al Museo del Ferrocarril. Allí, el canario Luis Ortiz (LOD) intervino apoyado por los visuales de Xarlene. Los alemanes incite/ se ocuparon, finalmente, de poner el colofón a Trendelenburg con el estreno del proyecto que llevan toda la semana grabando y preparando en Gijón para la ocasión.
Con las expectativas de público más que satisfechas (en todas las sesiones se superó el aforo sentado), el certamen gijonés, al que aún le queda hoy el coletazo de Nureyev y las hermanas Vázquez, se consolidó, de esta forma, en su cuarto año con el alumbramiento de dos ambiciones: más artes, más diálogo. Y completar el salto.