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¿Xixón solidario?

 

Hace unos días la Fundación Municipal de Servicios Sociales presentaba en la Casa Consistorial una nueva iniciativa a modo de guía que pretendía, en apenas veinte páginas, recoger la información esencial sobre los recursos a los que las y los gijoneses más vulnerables pueden acudir para cubrir sus necesidades básicas. Bajo el lema "Gijón solidario", la Fundación y entidades sociales de la ciudad poníamos en marcha una herramienta de orientación e información que no busca otra cosa que acercar el mapa de recursos a las y los ciudadanos.

Entre esas entidades nos encontramos el Conseyu de Mocedá de Xixón, una organización desde la que entendemos que cubrir las necesidades básicas de las personas debe ser la prioridad de cualquier sociedad. Y por eso encontramos en "Gijón solidario" una buena herramienta de difusión de lo que hay, pero también, y sobre todo, de lo que no hay o de lo que hay a medias. Porque Xixón es solidario porque lo son sus gentes y porque lo es su tejido asociativo, pero, por desgracia, no porque lo sea su ayuntamiento.

Xixón es hoy una ciudad con 30.000 personas en el paro, con industrias y empresas cerrando semana tras semana, una ciudad que cada día tiene a más personas viviendo - si se le puede llamar así - en la calle sin ningún tipo de protección social más allá de la solidaridad de las y los vecinos y de las entidades sociales. Una ciudad, en fin, que vive una situación crítica y dramática que se agrava día a día, y que precisa respuestas políticas y públicas a las necesidades de las y los ciudadanos. Pero que nadie vea, o quiera hacer ver, que "Gijón solidario" es una respuesta válida a estas situaciones, porque no es así.

"Gijón solidario" es una oportunidad para el tejido asociativo de dar a conocer sus recursos, un impulso al trabajo diario de decenas de organizaciones que no buscan otra cosa que ayudar a las personas - unas con un enfoque de inmediatez, asistencialismo y caridad que compartimos poco, otras con un enfoque de solidaridad, reivindicación de derechos y transformación social que compartimos más. Pero es también una huida hacia delante de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, que en vez de asumir el papel que le toca escurre el bulto dejando en manos de otras entidades la prestación de servicios básicos y esenciales, olvidando que son las instituciones públicas las que deben asegurar el acceso de todas y todos los ciudadanos a una vida digna y justa.

Un ayuntamiento solidario habría aprobado otros presupuestos municipales que dieran una respuesta real a las necesidades de las y los gijoneses y no los números y las políticas que aprobaron el pasado viernes. Porque también en esta ocasión se cumple el dicho "dime de qué presumen y te diré de qué carecen": unos presupuestos, dicen, centrados en los servicios sociales y la creación de empleo, pero que ni cuantitativa ni cualitativamente es cierto. Un ayuntamiento solidario habría recuperado el servicio de Calor y Café desde lo público, habría creado sistemas de becas que permitieran estudiar a jóvenes sin recursos, habría puesto en marcha unos planes de empleo basados en la inversión en la ciudad, habría aumentado las ayudas económicas a familias, las becas de comedor o los servicios de teleasistencia y ayuda a domicilio. Un ayuntamiento solidario habría puesto en marcha programas encaminados a que la vivienda en nuestra ciudad fuera un derecho innegable y no un negocio, evitando que ninguna familia se quedara en la calle por la estafa de la gran banca. Y un ayuntamiento solidario, desde luego, no renunciaría al 0,7% en políticas de cooperación internacional, rebajando el presupuesto a una mera limosna que hace que paguen una vez más los platos rotos de su fiesta aquellos a los que nunca han invitado a una.

Xixón, sus gentes y sus movimientos sociales y ciudadanos somos solidarios. Y "Gijón solidario" es una herramienta más en el trabajo que llevamos años realizando. Pero lo que nuestra ciudad necesita es un ayuntamiento, un gobierno, que sea solidario con sus ciudadanas y ciudadanos. Un gobierno que haga política para solucionar nuestros problemas y dar respuesta a nuestras necesidades, y no uno que se empeña en gastar nuestros impuestos en iluminar iglesias mientras a la calle llega cada día más gente para quedarse.

 

Javier Suárez Llana

Presidente del Conseyu de Mocedá de Xixón