El despliegue policial en Cimadevilla reaviva la polémica sobre el botellón

PSOE e IU critican la «incapacidad» de Foro para atajar el problema mientras el PP cree que la norma ha sido «efectiva» 

El botellón vuelve a estar en el centro del debate político, máxime después de que anteanoche el equipo de gobierno municipal decidiera hacer efectivo el cumplimiento de la nueva ordenanza de convivencia cívica y desplegara un importante dispositivo policial -que se volvió a repetir ayer- para impedir la ingesta incontrolada de alcohol en Cimadevilla, incluyendo el vallado de la escalinata de la plaza de Arturo Arias, lugar habitual de concentración de jóvenes que practican el botellón.

Para la oposición progresista en el Ayuntamiento de Gijón, estas medidas son muestra de «la incapacidad» del equipo de gobierno para gestionar el ocio nocturno en la ciudad. Desde el PSOE se apunta que la alcaldesa, Carmen Moriyón, «se aleja peligrosamente de las formas propias de los gobiernos democráticos» y es que llega a calificar la gestión de Foro de «autoritarismo».

También critican los socialistas «el despliegue policial que se produjo en Cimadevilla», con decenas de agentes, perros y vallados que convirtieron la zona en «un barrio sitiado». Ante la posibilidad de que la práctica del botellón se extienda a otras zonas de Gijón, el PSOE se pregunta si «¿va a extender la alcaldesa Moriyón este sistema a toda la ciudad?».

Desde IU se es aún más duro con el gobierno municipal, pues su coordinador local, Marcos Muñiz, califica lo ocurrido como «un estado de sitio en el barrio alto, donde se limitaron derechos ciudadanos como el libre disfrute del espacio público».

La abundante presencia policial en Cimadevilla también llamó la atención de Muñiz, quien advierte de su «notable coste económico», al tiempo que asegura que «aleja a la Policía de su función más importante, que es la seguridad ciudadana».

La coalición también habla de «autoritarismo» por parte del gobierno de Foro, pues «impone su modelo de convivencia en lugar de buscar diálogo y soluciones de compromiso con todos los actores implicados».

Ese último aspecto también es destacado por la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Tita Caravera, quien piensa que los responsables municipales «tendrán que reunirse con los jóvenes, los hosteleros y los vecinos» para llegar a una postura de consenso. En su opinión, el despliegue policial «fue excesivo» y apunta que «los chavales se fueron a hacer el botellón a otros sitios». Al parecer, muchos fueron al Parque de los Hermanos Castro. Lo que no ve coherente Tita Caravera es que se realizara ese despliegue policial en la plaza de Arturo Arias mientras «el resto de las plazas y aceras de Cimadevilla estaban tomadas por el botellón legal», en referencia a las terrazas de hostelería.

Las Juventudes Socialistas, como uno de los colectivos más afectados por esta situación, aseguran que esta actitud municipal «genera enfrentamientos entre la ciudadanía gijonesa», al tiempo que consideran que «se criminaliza a los jóvenes». En su opinión, «ser joven es un agravante. En el barrio del Carmen, donde la media de edad no es tan joven, ¿no genera molestias a los vecinos el ruido y la suciedad de quienes llenan sus calles todas las noches bebiendo en la vía pública?».

Solucionarlo llevará tiempo

El único respaldo recibido por el equipo de gobierno ha sido el del Grupo Municipal Popular, que respaldó la nueva ordenanza cívica. La concejala Maite Menéndez, manifestó a EL COMERCIO que «ha quedado demostrado que la ordenanza, si se aplica, puede ser efectiva». Y es que a los populares no les pareció bien la moratoria de unos dos meses aplicada por el gobierno municipal para poner en marcha la ejecución de la nueva norma. Tras lo ocurrido anteanoche, Maite Menéndez explicó que «quedó demostrado que no hubo ningún problema en los lugares en los que hubo terribles molestias a los vecinos durante todo el verano. ¿Que las medidas tomadas por el Ayuntamiento no fueron las mejores? Puede haber opiniones para todos los gustos, pero lo que está claro es que si se actúa se puede ser eficaz». La concejala apunta que esas medidas de control «quizá puedan hacerse más suaves en un futuro».

Pero desde el Ayuntamiento de Gijón saben que la solución al problema del botellón no será de un día para otro y tomará mucho tiempo. Desde el departamento de Seguridad Ciudadana ya explicaron que «la solución al asunto del botellón no puede ser inmediata», por lo que su titular, Rafael Felgueroso, mantiene que será necesario un trabajo de semanas o meses hasta que se logre canalizarlo. Lo que pretenden evitar desde el equipo de gobierno es que este fenómeno se extienda a otros lugares de la ciudad y por eso abogaba por una actuación policial «sin estridencias».

Desde el equipo de gobierno se trabajó durante todo el verano para que llegara a todos los implicados el máximo de información de esta nueva ordenanza municipal. Ahora, terminada la moratoria, comienzan su aplicación y las sanciones.