Los Encuentros de Cabueñes reúnen a varios emprendedores para desgranar las claves de la nueva realidad del empleo en el medio rural
Es lento, es difícil, se necesita perseverancia y constancia. En definitiva, es como sacar adelante una buena cosecha, pero el campo asturiano «está lleno de oportunidades». Ésta fue la conclusión extraída por los cuatro ponentes durante la segunda jornada de los Encuentros Internacionales de Juventud de Cabueñes, que centraron el debate en torno a las diferentes iniciativas de empleo existentes en el medio rural. Ejemplos como el de Fernando Farpón, de Speltastur -empresa afincada en Pravia que desde hace doce años trata de recuperar el cultivo de la escanda- pusieron sobre la mesa que la clave está «en lo autóctono». «Asturias es una fuente de recursos muy grande, hay que dejar de mirar tanto hacia afuera y potenciar lo que tenemos al alcance de la mano», apuntó Farpón.
En este sentido, apostar por «la calidad» es «la única opción». Yaiza Rimada dirige una ganadería lechera en Sariego y sabe muy bien que actualmente «de la leche no se puede vivir». «Era cerrar o diversificar la producción», sostiene. Por ello se decidió a crear su propia marca de productos lácteos, La Saregana. Requesones y yogures fabricados de forma «totalmente artesanal» y que utilizan ese «plus» de calidad como distintivo frente a las grandes empresas. «En el campo hay muchas oportunidades y se puede vivir bien, pero hay que saber buscarlas y trabajarlas muy duro, no es nada fácil», confesó.
Otra idea puesta en valor desde la agricultura por Mari Luz García, una de las fundadoras de la cooperativa Agrecoastur, fue la reutilización de las muchas tierras particulares hoy en situación de abandono. Los herederos de centenares de minifundios asturianos viven en su mayor parte en el centro de la región, en las áreas urbanas, mientras los pueblos que les vieron nacer languidecen con una población cada vez más envejecida. «Quien tenga la tierra tiene una muy buena posición de partida», señaló esta agricultora ecológica de Villaviciosa especializada en árboles frutales. «Lo ecológico está creciendo, con una buena formación pueden retomarse los cultivos tradicionales de nuestros abuelos y orientarlos de la forma más adecuada», explicó, además de señalar la importancia del cooperativismo entre agricultores: «Es fundamental».
Pero no todo son ganaderías y cultivos. La masa forestal del Principado tiene mucho que decir, tal y como expuso Adolfo Blanco de la Parte, ingeniero forestal y fundador de Biesca Ingeniería. «El sector en manos privadas, que trabaja con pino y eucalipto, continúa siendo productivo pese a la crisis. Sin embargo el 45% de la superficie forestal asturiana es pública y su actividad económica depende de las subvenciones del Principado y los fondos europeos», indicó. Pese a ello, el verdadero reto es que los grandes consumidores de energía como los ayuntamientos apuesten por la biomasa «como recurso energético con un gran potencial en nuestra comunidad».