Quirós dice que los jóvenes beben a los 13 aunque la edad de venta suba a 18.
Las comunidades autónomas que elevaron la edad de mínima exigida para adquirir alcohol hasta los 18 años no han conseguido avanzar en la prevención. Sus jóvenes se inician en el consumo a los 13 años, al igual que sucede en Asturias donde la edad mínima son los 16 años. El comportamiento, por tanto, es el mismo, la diferencia radica en que en esas otras regiones los adolescentes pasan dos años más en un limbo de ilegalidad, comprando bebidas cuando en teoría no pueden. Incluso el Principado está por debajo de la media nacional en consumo de riesgo entre los menores de edad.
Con todos estos elementos sobre la mesa, viendo que la prohibición no mejora la prevención, la Consejería de Salud no prevé elevar a los 18 años la edad mínima para el consumo del alcohol. Al menos así lo explicó ayer el consejero Ramón Quirós durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad de la Junta General del Principado para presentar el Plan de Drogas.
"Elevar la edad no es eficaz. No consigue lo que persigue. El alcohol se encuentra con facilidad. Entiendo que los fiscales lo pidan por armonizar las edades penales en todas las comunidades autónomas, pero es una medida ineficaz y así lo evidencian los resultados", insistió Ramón Quirós, que siempre ha mantenido su rechazo a esta propuesta, que ayer volvió a trasladar el diputado del PP, Carlos Galcerán.
"Para qué criminalizar el consumo dos años más cuando se ha visto que esta legislación no tiene efecto y sólo está colocando a más jóvenes fuera de la ley", se pregunta en voz alta el consejero. El mismo se responde. Aceptar la propuesta del PP de subir a 18 años la edad, a su juicio, supone que las administraciones "lanzan el mensaje de, ponga usted la ley que quiera que yo haré lo que quiera".
Ramón Quirós, que estaba acompañado por la directora general de Salud Pública, Amelia González, y por el jefe de servicio de la Unidad de Coordinación del Plan de Drogas, José Ramón Hevia, es más partidario de "concentrar esfuerzos en medidas más eficaces" como la educación.
Amelia González cree que es importante tener en cuenta las evidencias científicas y los resultados. Elevar la edad mínima de consumo no ha tenido ningún efecto positivo o diferenciador en el resto de comunidades. Lo que sí diferencia a Asturias del resto de regiones es que el botellón tiene menos incidencia y que el 80% de los jóvenes beben alcohol en bares y discotecas. Esto puede explicar que el porcentaje de consumo abusivo sea menor.
Además, se han puesto en marcha programas pioneros como los talleres de concienciación dirigidos a hosteleros. Esta iniciativa se está desarrollando en Pola de Lena, dentro del marco de su plan municipal de prevención de drogas.