Casi el 50% de los primeros consumidores de heroína en Asturias han fallecido
14/02/2011 00:00 / Pablo Zariquiegui Oviedo
Al grito de sexo, drogas y rock and roll, miles de jóvenes coquetearon con distintas sustancias en los años 70-80. Muchos de ellos quedaron enganchados a la heroína. Era la droga de moda y sus efectos nocivos sobre la salud eran prácticamente desconocidos para quienes la consumían. El área de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo ha seguido a un grupo de ellos durante 25 años. Los resultados son demoledores. "Perdimos a toda una generación de jóvenes", subraya Julio Bobes, catedrático de Psiquiatría y uno de los autores del estudio.
Luis Jiménez, psiquiatra de la red de Salud Mental del Principado y profesor universitario, ha recogido los datos para su publicación en una revista científica. La Universidad ha seguido la evolución de 214 heroinómanos durante 25 años. Todos ellos estaban en tratamiento con metadona en la red de asistencia psiquiátrica de Asturias. Se trata, por lo tanto, de una población que, al menos, intentó deshabituarse de la heroína. El equipo de investigadores consiguió averiguar el paradero de 159 de los 214 toxicómanos que formaban parte del estudio. ¿Los resultados? El 49,5%, 106 heroinómanos, habían fallecido. Muchos más varones que mujeres.
Los que sobrevivieron, 53, tampoco han corrido muy buena suerte. Casi el 40% siguen en tratamiento con metadona y algo más del 22% continúan usando heroína. El número de quienes consiguieron dejarlo del todo es muy escaso. Los efectos de la heroína sobre su salud han sido tremendos. Era la época en la que los toxicómanos, desconocedores del virus del SIDA o de la hepatitis, acostumbraban a compartir jeringuillas. El doctor Jiménez comenta que, de entre los supervivientes, casi la mitad, el 47%, tienen VIH-SIDA y un porcentaje mucho mayor, más del 81%, sufren hepatitis B o C. El estudio no ha encontrado diferencias significativas entre hombres y mujeres por lo que respecta a las tasas de mortalidad o a la afectación por VIH-SIDA y hepatitis B o C.
Los resultados El doctor Jiménez, coautor del trabajo, subraya que los resultados tuvieron que ser necesariamente peores entre los toxicómanos que ni siquiera trataron de deshabituarse. La muestra estudiada por el área de Psiquiatría de la Universidad, en colaboración con el Servicio de Salud, incluye exclusivamente a toxicómanos en tratamiento con metadona.
La heroína diezmó a finales de los 70 y avanzados los 80 a buena parte de una generación de jóvenes. El doctor Jiménez recuerda que era la droga de moda y que la mayoría de sus consumidores ni siquiera sabían sus nocivos efectos sobre la salud. La media de edad de la población estudiada en su inicio era de 25 años y también la media, pero de consumo, se situaba en siete años cuando comenzaron el tratamiento. El coautor de la investigación subraya que la edad de inicio en este opiáceo estaba entre los 14 y 18 años.
El trabajo realizado por el área de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo aporta otro dato igualmente preocupante. El referido a la mortalidad evitable. La investigación señala que estadísticamente sólo seis de los 106 fallecidos hubieran muerto de no haber consumido heroína. La conclusión se obtiene del análisis de las tablas de supervivencia de esos años para esa cohorte de edad. La drogadicción, según los autores del trabajo, fue directamente responsable de la pérdida de 100 de las 106 vidas estudiadas.
El seguimiento de esta población toxicómana durante un periodo de tiempo tan largo, 25 años, estuvo plagado de dificultades. Los investigadores trataron de averiguar, por ejemplo, las causas de muerte de los heroinómanos fallecidos. El psiquiatra Luis Jiménez subraya que para el conjunto de la población fue el VIH-SIDA la infección responsable del fallecimiento, seguida por las sobredosis. En los casos de mortalidad más prematura, a muy corto plazo, la tendencia se invierte y son las sobredosis la primera causa de defunción.
Jiménez quiere dejar claro que los resultados obtenidos por la investigación no permiten hablar de un fracaso del sistema de atención. El virus del SIDA era --recuerda este psiquiatra-- casi desconocido a principios de los años 80. De hecho, los primeros diagnósticos en Asturias se registraron en esa década.
Clases sociales La heroína, responsable según Bobes de la pérdida de una generación de jóvenes, no entendía de estratos sociales. De hecho, en la muestra estudiada por la Universidad de Oviedo se vio a personas de todo tipo de clases sociales; eso sí, mayoritariamente eran varones. "No fue primero la marginalidad y después la drogadicción, sino al revés", apunta Jiménez. La dependencia de esta droga llevó a muchos de los jóvenes adictos a la delincuencia, a tener problemas con la justicia y, al final, a ingresar en prisión. En algunos casos, además, los problemas de salud se ven agravados por el policonsumo. La irrupción de la cocaína convivió durante algún tiempo con los coletazos del consumo de heroína. Ambas sustancias juntas aumentaron su poder devastador.
El estudio es, según sus autores, pionero en España. Hay pocos trabajos, incluso en el mundo, que hayan seguido durante un espacio de tiempo tan amplio, un cuarto de siglo, a una muestra tan grande. Existen, cita el doctor Jiménez, investigaciones similares realizadas en Estados Unidos, Gran Bretaña y Suecia. Lo curioso es que, con algunas salvedades, los resultados son muy similares por lo que respecta a la mortalidad. Salvo en el caso del Reino Unido, donde las tasas de supervivencia son mejores, en los otros dos países los índices de mortalidad son muy similares.