Atalía y Piles abren de 7.30 a 15.30 horas y ofrecen una alternativa para las vacaciones a los padres trabajadores.
La Asociación Súbete cuida de 45 niños en sus campamentos de Semana Santa.
Van al colegio, pero no hay pucheros ni caras largas. Nadie llega arrastrando los pies o la mochila. Saben que estos días no les sacarán al encerado para resolver complicados problemas de matemáticas. No tendrán que presentar los deberes. Harán manualidades, jugarán y tratarán de ganar la gincana diaria. Porque la Asociación Cultural Súbete abre dos colegios de la ciudad para ofrecer a los padres, con sus campamentos de Semana Santa, una alternativa que les permita compaginar sus obligaciones laborales con los días de descanso en la escuela. Los colegios Atalía y Piles se han quedado sin vacaciones para acoger las actividades lúdicas de las que disfrutan los 45 niños inscritos en las actividades de la asociación. Ambos tienen el mismo horario. A partir de las 7.30 horas y hasta las diez de la mañana, las puertas de los centros permanecen abiertas para el servicio de atención temprana. A los que llegan pronto se les da el desayuno, pero ninguno tiene la obligación de estar en el colegio antes de las diez de la mañana. Porque es entonces cuando comienzan los juegos, siempre relacionados con la misma temática. Durante los cinco días que asistirán en total al centro durante este periodo vacacional, los pequeños se adentrarán en 'El mundo submarino'. Los distintos talleres, cuentos y manualidades dan paso al plato fuerte del día: la gran gincana que se celebra al final de cada jornada. Siempre que el tiempo lo permite, las actividades se desarrollan en el exterior. Luego, cuando el estómago comienza a rugir, comienza el servicio de comedor, de 13.30 a 15.30 horas. «Manejamos varias listas: desayuno, actividad y comedor. No todos se quedan a las tres cosas. Nosotros dependemos de los centros. Solicitamos las instalaciones y nos responsabilizamos de ellas. Dentro de cada cole, dividimos a los niños en dos grupos, los de Educación Infantil y los de Primaria, y organizamos actividades adaptadas a cada uno de ellos», comenta Elisabet Freile, coordinadora del programa 'Súbete en Semana Santa'. Mientras habla, algunos pequeños revolotean a su alrededor. «Hoy estamos de suerte. Tenemos para comer pasta a la carbonara, lenguado relleno y yogur. ¡Les encanta!», concede. A lo largo de la mañana, cuatro monitores se encargan en cada centro de que a los escolares no les falte de nada. Ellos parecen contentos. «Están encantados. Algunos vienen porque es necesario debido al horario de trabajo de sus padres, pero otros lo hacen por gusto. Los hay que no se quieren marchar», admite orgullosa. La asociación sobrevive gracias a las subvenciones del Ayuntamiento y las cuotas de los padres. Por estos cinco días, cada niño ha pagado 31 euros por las actividades; 32,50 por el servicio de comedor; y 9 euros por el de atención temprana. Mientras Elisabet lo explica, decenas de aletas de tiburón hechas con papel ocupan las mesas. El lunes, último día, todos se disfrazarán de buzo.